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PerfilGustavo Morales

Hasan Nasralá, el hombre de Irán en Líbano

En 1985, Hezbolá hace público su primer manifiesto, describiendo su ideología y objetivos, entre los cuales preconizaba la implantación de una República Islámica en el Líbano, objetivo que es redefinido en su segundo manifiesto por Nasralá

El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, durante la celebración de la festividad religiosa de la Achura en Beirut, LíbanoEFE

Hasan Nasralá (1960, Beirut, Líbano) hijo de un tendero, ha sido hasta este sábado el secretario general de Hezbolá desde que su predecesor, Abbas al-Musawi, fuera asesinado por Israel en 1992.

Formación académica e influencias

Nasralá cursó estudios de primaria en un colegio llamado al-Nayah, y en el Instituto Sen al-Fil, en el Líbano. Posteriormente, se unió al Movimiento Amal (Haraka al-Muqawama al-Lubnaniya), cuyo fundador fue el ayatolá Musa Sadr. Completó sus estudios en el santuario chií de Nayaf, Irak, hasta que Saddam Hussein lo expulsó.

En 1982, Nasralá, junto con otros miembros del Movimiento Amal, decidió dar por finalizada su militancia en esa organización debido a las diferencias de opinión sobre cómo había que actuar frente a la invasión israelí.

Nasralá formó parte de las primeras células recién creadas de Hezbolá. Fue ejecutivo y consejero. Su carisma y liderazgo le abrieron paso y en 1992, tras de la muerte de Abbas al-Musawi, ocupó la posición de secretario general de Hezbolá. Yossi Alpher, alto oficial del Mosad ya retirado, decía de Nasralá que es «un espléndido líder: listo, carismático y tiene valor».

El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, ha hablado muchas veces contra el sectarismo y ha dicho que será el primero «en unirse a un verdadero Gobierno sunita». Hezbolá ha criticado a ISIS , el Estado Islámico o Daesh, por tratar de encender la lucha sectaria en el Líbano. El sectarismo, los políticos ávidos de poder y una democracia falsa se encuentran entre los principales factores que han impedido el establecimiento de un estado libanés fuerte, según palabras del parlamentario de Hezbolá Hasan Fadlallah.

Si bien la milicia se opone firmemente al sectarismo, su participación en apoyo al dictador sirio Bashar al-Assad contra una oposición mayoritariamente musulmana sunita en la Guerra Civil Siria ha contribuido a incrementar las tensiones sectarias con los sunitas libaneses. Los funcionarios de Hezbolá han declarado que su objetivo es defender al Líbano y Siria de los takfiris , un término que utilizan para denotar a las fuerzas islamistas sunitas, pero que muchos sunitas interpretan como un insulto contra ellos en su conjunto, islamistas o no islamistas.

El Partido de Dios, Hezbolá, es una organización islámica chií libanesa sustentada sobre un brazo político y otro militar. Fue fundado en el Líbano en 1982 como respuesta a la intervención israelí de entonces. Fueron entrenados y organizados por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní, el Sepah Pasdaran Engelab Islami.

Hezbolá recibe armas, capacitación y apoyo financiero de Irán y ha contado con la complicidad de Siria desde el final de la Guerra Civil Libanesa. Sus milicianos acudieron a la llamada de Al Assad, potenciados por Teherán, para combatir a los grupos yihadistas que actuaban contra el Gobierno de Damasco.

Es, junto con el Movimiento Amal, la principal expresión política y militar de la comunidad chií del Líbano, actualmente el grupo religioso más numeroso en la demografía del país, donde hay cristianos, drusos y musulmanes.

El cambio de Nasralá

En 1985, Hezbolá hace público su primer manifiesto, describiendo su ideología y objetivos, entre los cuales preconizaba la implantación de una República Islámica en el Líbano, objetivo que es redefinido en su segundo manifiesto de Nasralá, de 2009, en el cual, además de omitir toda referencia al establecimiento de un orden islámico en ese país, la organización, establece como meta el establecimiento de una democracia mayoritaria y secular .

Los cuatro objetivos que Hezbolá establece en su Carta Abierta son:

  1. Expulsar a Israel de Líbano y posteriormente eliminarlo.
  2. Expulsar a franceses, estadounidenses y sus aliados del Líbano para eliminar la influencia colonial en el país.
  3. Someter a los falangistas del Kataeb a un juicio por todos los crímenes perpetrados hacia musulmanes y cristianos.
  4. Permitir a la población el derecho a la autodeterminación para elegir libremente un sistema político al que ellos aspiran, invitando a acoger el sistema islámico como sistema de gobierno para asegurar la justicia y dignidad de todos, previniendo la injerencia de cualquier país colonial.

Israel ha terminado con uno de los líderes chiíes más importantes del mundo y el más fiel a Teherán.