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El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, junto a soldados en la frontera con el Líbano

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, junto a soldados en la frontera con el LíbanoMinisterio de Defensa Israelí/EFE

Israel realiza incursiones a pequeña escala en el Líbano e informa a EE.UU. su intención de lanzar una invasión terrestre

Hezbolá mantiene el pulso y su número dos, Naim Qassem, ha asegurado que están preparados para una «confrontación» y que el Ejército israelí «no ha sido capaz» de destruir las capacidades militares de la milicia chií libanesa

El modus operandi aplicado en la franja de Gaza se replica paso a paso en el Líbano. La masiva campaña de ataques aéreos contra «objetivos terroristas», las peticiones de evacuación para los civiles residentes en las zonas calientes y, recientemente, las incursiones a pequeña escala en el sur del país vecino coronan la antesala de una posible invasión terrestre del Ejército israelí. Según ha publicado The Wall Street Journal, el objetivo de estas incursiones sería obtener información a tiempo real ante una operación terrestre.

Abonado ya el terreno, Israel ha notificado a Estados Unidos –su principal aliado en la región– de su intención de lanzar una incursión terrestre limitada de manera «inminente», según informa la cadena estadounidense CBS, citando funcionarios estadounidenses. La campaña planeada sería mucho menor comparada con la última guerra contra Hezbolá en 2006 y se centraría en la eliminación de la infraestructura de la milicia chií Hezbolá a lo largo de la frontera con Israel para acabar con los continuos ataques contra las comunidades fronterizas israelíes.

Mientras que la amenaza sobrevuela el Líbano, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, volvió a sugerir que sus tropas ya se preparan para una ofensiva contra el país vecino. En un encuentro con soldados apostados en la frontera norte, este lunes, Gallant aseveró que no dudarán en usar «todas nuestras capacidades». «Si alguien en el otro lado no entiende qué significan estas capacidades, son todas, y vosotros sois parte de este esfuerzo», señaló junto a los uniformados. El titular de Defensa recordó que entre los objetivos de la guerra que libra Israel se incluye el retorno de los más de 60.000 civiles evacuados del norte del país hebreo, por la amenaza constante que supone Hezbolá.

Asimismo, Gallant advirtió de que la muerte, este viernes, del líder de la milicia chií libanesa, Hasan Nasralá, en un ataque israelí contra su cuartel general en Beirut no es el «final». «La eliminación de Nasralá es un paso importante, pero no es el final», apuntaló el ministro israelí. Horas antes, las fuerzas aéreas israelíes bombardearon el centro de la capital libanesa por primera vez desde 2006. En el ataque murieron cuatro personas, tres de ellos milicianos del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Mientras que, en otro ataque aéreo contra el sur, Israel mató al líder de Hamás en Líbano, Fatah Sharif Abu al Amin, junto a otros miembros de su familia.

En este contexto de ataques constantes contra el país mediterráneo, el número dos de Hezbolá, Naim Qassem, se dirigió a los libaneses para tratar de arrojar algo de luz a la incierta situación de la milicia chií tras la muerte de su líder. Se trata de la primera intervención pública de un alto miembro de Hezbolá desde que se confirmara la muerte de Nasralá. Qassem, en un discurso grabado y desde un lugar sin identificar, adelantó que el grupo proiraní nombrará a un nuevo líder «lo antes posible», tratando de atajar los rumores de que Hashem Safieddine, primo materno de Nasralá, había sido designado ya como secretario general de Hezbolá.

El número dos de la organización terrorista libanesa no se olvidó de lanzar una advertencia a su gran enemigo y aseguró que Hezbolá «está preparado para una confrontación terrestre con el enemigo» y que, además, el país hebreo «no ha sido capaz» de destruir sus capacidades militares. Sin embargo, Israel presume de haber «decapitado» a la milicia chií libanesa, y principal punta de lanza de Irán en la región. El Ejército israelí informó, este domingo, de que había matado a más de 20 miembros de Hezbolá en el mismo ataque que acabó con la vida de su secretario general y del comandante del Frente Sur, Ali Karaki.

En otro ataque contra el barrio de Dahye, en el sur de Beirut, las FDI mataron al comandante Nabil Qaouk, cuyo nombre también sonaba como un posible sucesor de Nasralá. Hezbolá se encuentra inmerso en una crisis de confianza, con grandes brechas de seguridad. La Inteligencia hebrea ha conseguido infiltrarse hasta el mismo corazón de la organización terrorista libanesa, primero, con la detonación de miles de buscapersonas y walkie-talkies, y luego, eliminando uno a uno a todos los cabecillas de la milicia. Aún así, Hezbolá continúa lanzando cohetes contra el norte de Israel, mientras que los hutíes de Yemen –apoyados también por Irán– lanzan misiles balísticos hacia Tel Aviv.

Una acción que ha provocado la respuesta inmediata de Israel, cuyos cazas alcanzaron el puerto de Ras Isa y la ciudad de Hodeida, situada a más de 1.800 kilómetros de la frontera. Irán, que todavía sigue sin responder a la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniya, en un ataque israelí en Teherán, el pasado mes de julio, y que no está claro qué hará tras el asesinato de Nasralá, azuza a sus proxies contra el Estado judío. Pero, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyau, advirtió a su némesis de que «no hay lugar en Oriente Medio al que Israel no pueda llegar». En un vídeo, grabado en inglés, el mandatario israelí se dirigió directamente al pueblo iraní y denunció que el régimen de los ayatolás «hunde a nuestra región más profundamente en la oscuridad y más profundamente en la guerra».

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