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Proyectiles interceptados por Israel sobre Tel AvivAFP

Irán ataca Israel con cerca de 200 misiles en respuesta a las muertes de los líderes de Hamás y Hezbolá

El Ejército israelí ya ha advertido de que la ofensiva de la República Islámica «tendrá consecuencias»

estados Unidos lo advirtió y pocas horas después, Irán lanzó unos 180 misiles contra Israel, en un ataque similar al que ya ejecutó el pasado mes de abril. En esta ocasión, Teherán aseguró que se trata de su respuesta a las muertes de los líderes de Hamás, Ismail Haniya, Hezbolá, Hasán Nasralá, y el general de la Guardia Revolucionaria de Irán, Abbas Nilforoushan, en ataques israelíes. Los cielos se iluminaron en torno a las 19:30 hora local (una hora menos en la España peninsular), y los proyectiles alcanzaron las grandes ciudades como Jerusalén y Tel Aviv.

Las alarmas sonaron por todo el país, mientras que las autoridades exhortaban a la población, a través de alertas telefónicas, que se pusieran a cubierto en una habitación segura. Poco después de iniciarse la ofensiva contra Israel, la Guardia Revolucionaria iraní reconoció la autoría y advirtió al país hebreo con «ataques demoledores» si responde a sus disparos de misiles. Sin embargo, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, aseveró, nada más darse por finalizada la ofensiva, que el Ejército hebreo está «plenamente preparado para defenderse y tomar represalias de manera oportuna».

El ataque, de algo más de una hora de duración, provocó varios destrozos en edificios y al menos tres personas han resultado heridas, mientras que un palestino murió cerca de la ciudad cisjordana de Jericó por la caída del fragmento de un proyectil. El tráfico aéreo quedó totalmente interrumpido en el aeropuerto internacional de Ben Gurión y el país cerró su espacio aéreo. Aún así, las defensas antiaéreas de Israel han contenido el ataque masivo casi en su totalidad. «Durante la defensa, llevamos a cabo bastantes intercepciones. Hay algunos impactos en el centro y en zonas del sur del país», afirmó Hagari. A diferencia del ataque del pasado mes de abril, cuando Irán lanzó más de 300 drones y misiles contra el Estado judío, en esta ocasión se ha servido de misiles balísticos.

Según ha publicado el digital Axios, la República Islámica habría planeado emplear este tipo de misiles capaces de llegar a Israel en tan solo doce minutos, haciéndolos más difíciles de neutralizar por las defensas antiaéreas. Por el contrario, los misiles de crucero y los drones, usados en abril, ofrecen mayor tiempo de respuesta. Así las cosas, Estados Unidos, que advirtió a Israel de la «inminencia» de un ataque iraní, ordenó a su Ejército que ayudara a su gran aliado en la región a derribar los misiles. Jordania también aseguró que ayudó a interceptar los proyectiles iraníes que entraron en su espacio aéreo.

Irán, por orden expresa de su líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, consigue así mostrar músculo ante sus proxies en la región, Hezbolá, en el Líbano, los hutíes, en Yemen, y las milicias en Irak y Siria, ante las continuas afrentas israelíes durante los últimos meses, pero, con una ofensiva tan medida, no se arriesga a un conflicto abierto con Israel. Sin embargo, el Estado judío tiene otros frentes en plena ebullición. Casi al mismo tiempo del ataque iraní, ocho personas murieron en la ciudad de Jaffa, cerca de Tel Aviv, en un tiroteo perpetrado por «dos terroristas», según informaron los servicios de seguridad israelíes.

Asimismo, la incursión «limitada» del sur del Líbano continúa. Precisamente, este martes, el Ejército israelí movilizó otras cuatro brigadas de reservistas para el frente libanés, con el objetivo de «continuar las actividades operacionales contra la organización terrorista de Hezbolá» y ordenó la evacuación de otras 30 localidades próximas a la frontera. La milicia chií libanesa mantiene el pulso y lanzó una andanada de cohetes tipo 'Fadi-4' contra el centro de Israel. La organización terrorista aseguró, en un comunicado, que el ataque iba dirigido contra una sede del Mosad, a las afueras de Tel Aviv, y la base aérea de Sde Dov.

Tras la ofensiva contra Israel, las llamadas a una desescalada en la región se han multiplicado. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, fue uno de los primeros en pronunciarse, aunque sin mencionar específicamente el ataque iraní. «Condeno la ampliación del conflicto de Oriente Medio con una escalada tras otra», escribió en su cuenta de X, antes Twitter. En la misma publicación, Guterres insistió en la necesidad de alcanzar un «alto el fuego».