Italia y Francia pactan reforzar su cooperación contra la inmigración irregular
Macron criticó en un principio la regulación migratoria de Meloni, pero ahora se une a Italia para vigilar la desbordada inmigración
Italia y Francia han pactado reforzar su cooperación bilateral para prevenir la migración irregular al margen de la reunión del G7 de Interior que se ha celebrado estos días en una localidad del sur italiano.
El ministro del Interior de Italia, Matteo Piantedosi, se reunió con su homólogo francés, Bruno Retailleau, y ambos firmaron una declaración de intenciones para «la creación de una unidad de investigación operativa en la lucha contra la migración ilegal».
Con el refuerzo de la colaboración en esta materia se prevé una mayor cooperación «entre los servicios especializados en la lucha contra la redes de inmigración clandestina que operan en ambos lados de la frontera italo-francesa», concretó el Ministerio del Interior de Italia en un comunicado.
También se acordó la formación de «un grupo de trabajo ad hoc bajo los auspicios de los respectivos servicios centrales nacionales», agregó la misma fuente.
Italia y Francia son países colindantes con un trozo de frontera compartida que durante los últimos años -en puntos como la ciudad italiana de Ventimiglia- ha sido lugar de tránsito para inmigrantes, lo que produjo también fricciones entre ambos países en el pasado.
En 2023 hubo tensiones diplomáticas entre Francia e Italia por críticas del Gobierno francés a la gestión migratoria de la coalición gubernamental italiana liderada por Giorgia Meloni, primera ministra italiana, con una agenda que tiene como uno de sus puntos centrales la lucha contra la inmigración irregular.
Los ministros del Interior del G7, las siete democracias más industrializadas del mundo, concluyeron este viernes un encuentro de tres días en que acordaron colaborar en la lucha contra los grupos mafiosos que se enriquecen con la inmigración irregular.
La cumbre, celebrada en los últimos tres días en la localidad italiana de Mirabella Eclano, ha terminado con una declaración conjunta y con un Plan de Acción anexo para «prevenir y contrarrestar el tráfico irregular de inmigrantes».
El Plan del G-7 (Alemania, Canadá, Francia, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido) se centra en ese fenómeno, crucial sobre todo para Italia, destino de la ruta migratoria del Mediterráneo central.