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Fuerzas de Defensa de Israel en la Franja de GazaTwitter IDF

Hezbolá mata a cuatro soldados e Israel responde intensificando sus ataques contra el Líbano con 51 muertos

La milicia chií aseguró, a través de un comunicado, que se trataba de una represalia por los ataques israelíes contra el centro de Beirut

La guerra entre Hezbolá e Israel se recrudece cada día que pasa. Este domingo, la milicia chií libanesa lanzó más de un centenar de proyectiles, así como varios drones explosivos contra el norte Israel. Uno de estos aviones no tripulados impactó contra una base militar de la Brigada Golani en Binyamina, al sur de Haifa, matando a cuatro soldados israelíes e hiriendo a más de 50. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han identificado a los uniformados caídos como al sargento Omri Tamari, al sargento Yosef Hieb, al sargento Yoav Agmon y al sargento Alon Amitay.

Los cuatro soldados, apunta el Ejército en un comunicado, tenían 19 años y estaban realizando un entrenamiento de infantería cuando recibieron el impacto de un dron de fabricación iraní. Nada más conocerse el ataque, las FDI aseguraron que el incidente estaba siendo analizado. La investigación inicial revela que mientras que uno de los aviones tripulados fue interceptado por los sistemas de defensa antiaérea, el segundo consiguió burlar el escudo defensivo convirtiéndose en uno de los ataques más letales de Hezbolá contra Israel en el último año de guerra.

La milicia chií libanesa no tardó en atribuirse el ataque contra la base militar de Benyamina. Hezbolá aseguró, a través de un comunicado, que se trataba de una represalia por los ataques israelíes contra el centro de Beirut, la semana pasada, que acabaron con la vida de 22 personas y decenas de heridos. El jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, recalcó, este lunes a primera hora desde la base atacada, que Israel está «en guerra. «Un ataque contra una base de entrenamiento en la retaguardia es difícil y los resultados son dolorosos», confesó Haveli.

Asimismo, las FDI han asegurado que otros diez proyectiles han cruzado la zona de Haifa esta mañana desde el Líbano, sin que se haya informado de heridos. Israel, por su parte, ha recrudecido la ofensiva contra el sur del país del cedro. El Ministerio de Sanidad libanés elevó a 51 los muertos, este domingo, por bombardeos israelíes en todo el país. Veintidós de los fallecidos se produjeron en la región del Monte Líbano, en el norte, mientras que diez personas murieron en por ataques israelíes en la región meridional de Nabatieh.

La incursión terrestre del Ejército israelí en el sur del Líbano también está provocando graves fricciones entre Tel Aviv y la Unifil (Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano, por sus siglas en inglés), que han acusado a los uniformados hebreos de «irrumpir por la fuerza» en una de sus bases. La ONU denunció que, este domingo, dos tanques Merkava de las FDI destruyeron la puerta principal de la posición y posteriormente dispararon en las inmediaciones, provocando la entrada de humo en el campamento que dejó a 15 miembros de las fuerzas de paz con irritaciones cutáneas y reacciones gastrointestinales.

Unifil informó, además, de que soldados israelíes «detuvieron un movimiento logístico crítico de la Unifil cerca de Meiss El Jabal, negándole el paso. El movimiento crítico no pudo completarse». Esta aldea se encuentra en el distrito de Marjayoun, donde se ubica la base española de Miguel de Cervantes, que acoge al grueso del contingente español desplegado en el sur del Líbano. Tras el incidente, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, volvió a pedir al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, la retirada total de todos los Cascos Azules. Netanyahu acusó a las fuerzas de paz de la ONU de haberse convertidos en «rehenes» de Hezbolá.

«Hemos recibido repetidas negativas, todas dirigidas a proporcionarle escudos humanos a los terroristas de Hezbolá», señaló el mandatario israelí, en un mensaje en vídeo. En la última semana, al menos cinco Cascos Azules han resultados heridos en incidentes atribuidos al Ejército israelí. Guterres respondió a Netanyahu reiterando que la Misión permanecerá en el sur del Líbano y recordó que «los ataques contra el personal de mantenimiento de la paz infringen el derecho internacional y pueden constituir un crimen de guerra».