Repudian la presencia en el Instituto Cervantes de Miriam Nicado, «rostro de la represión académica» en Cuba
El Observatorio de Libertad Académica (OLA) pide al comisariado del Instituto que «asuma una postura justa y consecuente» con sus principios rectores
Miriam Nicado, rectora de la Universidad de La Habana y cuadro político de alto nivel del régimen cubano, será recibida este miércoles en el Instituto Cervantes de Madrid lo que ha provocado la indignación de académicos y exiliados.
Nicado, que en una 'perfecta' unión entre partido y universidad es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde 2016 y rectora de la principal casa de estudios de la isla desde 2018, es la designada por el castrismo para depositar el legado de la Universidad de La Habana en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes.
Anteriormente, otras personalidades de la cultura cubana han depositado su legado en la Caja de las Letras. Entre ellas, la bailarina Alicia Alonso y la poetisa Nancy Morejón y «aunque estas personalidades han fungido como embajadores del Gobierno cubano en importantes escenarios internacionales, la presencia de Miriam Nicado en el Instituto Cervantes resulta inaceptable, máxime cuando contraviene los principios rectores de esa entidad internacional» denuncia el Observatorio de Libertad Académica (OLA) en un comunicado.
De acuerdo con OLA y tomando en cuenta que «el Instituto Cervantes reconoce la defensa de la 'autonomía e independencia sobre la base de valores de responsabilidad pública y competencia profesional', así como una marcada 'incidencia en la responsabilidad social, poniendo el acento en la defensa y reconocimiento de los derechos humanos' hace cuestionable la pertinencia de una invitada como Miriam Nicado y, sobre todo, del 'legado' que esta, como máxima autoridad de la casa de altos estudios habanera, pretende depositar en la Caja de Letras».
«Nicado ha promovido el recorte de libertades intelectuales desde mucho antes de llegar a su actual puesto como rectora, estando estrechamente vinculada al hostigamiento, expulsión y vigilancia arbitraria de estudiantes y colegas, bajo las órdenes expresas de la Seguridad del Estado. Justamente estas prácticas nocivas a los derechos humanos le granjearon el favor del estamento político, logrando ubicarse al frente de la Universidad de La Habana» denuncia OLA.