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Naim Qasem, el nuevo líder de HezboláAFP

Naim Qasem, el nuevo líder de Hezbolá al que Israel ya tiene en la diana

El clérigo, de 71 años, es considerado uno de los principales ideólogos del partido-milicia chií libanés

Hezbolá tiene nuevo líder y el elegido es Naim Qasem. La milicia-partido chií libanés anunció, este martes, un mes después de la muerte del que fue su máximo representante durante más de tres décadas, Hasan Nasralá, en un ataque israelí contra Dahiye, un suburbio de Beirut, que pasa página con Qasem al frente. Realmente, el clérigo libanés, de 71 años, no era la primera opción de Hezbolá. Antes que él, el verdadero sucesor de Nasralá era su primo Hashem Safieddine, también eliminado por Israel en otro bombardeo contra el mismo barrio de la capital libanesa.

«Pedimos a Dios que le ayude en su misión de dirigir el partido y su resistencia. Prometemos a nuestro mártir, sayyed Hasan Nasralá, a los combatientes de la resistencia islámica y a nuestro pueblo resistente que trabajaremos juntos para lograr los objetivos de Hezbolá y mantener viva la llama de la resistencia hasta que se logre la victoria», reza el comunicado de la milicia proiraní, recogida por su cadena de televisión Al Manar. Sin embargo, según una fuente próxima a Hezbolá en declaraciones a la agencia de noticias France-Presse, la designación de Qasem como secretario general del Partido de Dios sería temporal hasta que termine la guerra. «En ese momento, se elegirá un nuevo Consejo de la Shura», explicó la fuente anónima.

Sea como fuere, Israel ya ha puesto a Qasem en la diana. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, compartió en su cuenta de X, antes Twitter, horas después de conocerse la noticia, una foto del nuevo líder de Hezbolá con una frase que decía: «Nombramiento temporal. No por mucho tiempo». Asimismo, la cuenta oficial del Gobierno israelí en árabe aseveró que «su mandato en este cargo puede ser el más breve de la historia de esta organización terrorista si sigue los pasos de sus predecesores Hasan Nasralá y Hashem Safieddine». En esta misma línea, el Ejecutivo hebreo advirtió de que «no hay solución en el Líbano, salvo desmantelar esta organización como fuerza militar».

Qasem ha sido el eterno 'número dos' de la milicia chií libanesa desde hace décadas. Siempre a la sombra de su carismático líder Nasralá, ha ejercido como portavoz del grupo en las últimas semanas, tras la muerte del secretario general el pasado 27 de septiembre. Natural de Kafr Fila, en el sur del Líbano, precisamente donde se concentran los combates entre los milicianos de Hezbolá y el Ejército israelí. Este clérigo, siempre ataviado con el característico turbante blanco que indica que no es descendiente del profeta Mahoma al contrario que Nasralá con su turbante negro, es considerado uno de los principales ideólogos del grupo proiraní.

Inició su militancia política en la década de 1970 como miembro del partido chií Amal, del imán Musa al-Sadr. Su propia biografía cuenta que ayudó a al-Sadr a fundar el «Movimiento de los desposeídos (Harakat al-Mahrumin)». Qasem compaginó su carrera de Química con estudios superiores religiosos y teológicos bajo la batuta del ayatolá Mohamed Husein Fadlalá —considerado líder espiritual de Hezbolá—. Al albor de la Revolución Islámica de Irán en 1979 abandonó Amal y pasó a formar parte de los comités encargados de fundar el Partido de Dios, que finalmente vio la luz en 1982 como respuesta a la invasión israelí del sur del Líbano.

Hasta el momento, Qasem se había encargado en gran parte de la comunicación de Hezbolá con la prensa extranjera, gracias a su fluidez en francés e inglés. En su contra, para ascender en la jerarquía de la milicia chií libanesa, estaba su rechazo a la fuerte influencia que ejerce Irán sobre el grupo. De su ideología dan cuentan los libros escritos por el propio clérigo como Hezbolá: La historia desde dentro (2004), una obra en la que explica su fundación y las ideas que dan vida a la formación chií. Se desconoce el paradero del nuevo líder del Partido de Dios, varios medios árabes han informado de que habría abandonado el Líbano y se encontraría en Irán ante el temor de ser el nuevo objetivo de Israel. Desde la muerte de Nasralá, Qasem ha dado tres discursos, en el último hace dos semanas amenazó con «apuntar contra cualquier lugar [de Israel], ya sea el centro, el norte o el sur».