Palestinos hacen cola para recibir medicamentos en el Centro de Salud Japonés de la UNRWA en Khan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza
Israel cancela el acuerdo con la UNRWA y prohíbe sus actividades en territorio palestino
La Knéset aprueba leyes que limitan la operatividad de la agencia de la ONU, mientras se alegan vínculos con Hamás
Israel ha notificado oficialmente a las Naciones Unidas la terminación de su cooperación con la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), una decisión que se produce tras la reciente aprobación por parte de la Knéset de dos leyes que prohíben las actividades de la agencia tanto en Israel como en los territorios palestinos ocupados. Esta medida marca un hito significativo en las relaciones entre Israel y las organizaciones internacionales encargadas de asistir a los refugiados palestinos.
El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, comunicó a través de su cuenta en la red social X que la notificación fue enviada al Presidente de la Asamblea General, y que la legislación entrará en vigor dentro de tres meses. Según Danon, Israel ha tomado esta decisión debido a la supuesta infiltración de Hamás en la UNRWA, una afirmación que ha sido rechazada por la agencia y que, hasta el momento, no ha sido respaldada con pruebas concluyentes.
La UNRWA, creada en 1950, desempeña un papel crucial en la asistencia a más de cinco millones de refugiados palestinos que han sido desplazados desde la creación del Estado de Israel. Sus servicios son vitales para muchos de estos individuos, que residen en áreas como la Franja de Gaza, Cisjordania, Líbano, Siria y Jordania. La decisión de Israel de limitar la operatividad de la UNRWA plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la asistencia humanitaria a esta población vulnerable.
A pesar de la gravedad de la situación, el embajador Danon justificó la decisión señalando que Israel cooperará con «otras» organizaciones humanitarias, pero no con aquellas que, según su criterio, promueven el terrorismo en contra del Estado.
La decisión se produce en un contexto de creciente tensión en la región, exacerbada por los recientes eventos violentos y las operaciones militares en Gaza. La Knéset, en su afán de desmantelar la UNRWA, ha argumentado que aproximadamente 2,100 de sus empleados tienen vínculos con Hamás.