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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (centro), habla con el ministro de Defensa, Yoav Gallant (izq.)AFP

Netanyahu destituye por sorpresa a su ministro de Defensa en plena guerra por falta de «confianza»

El primer ministro de Israel ha nombrado al polémico titular de Exteriores, Israel Katz, como su predecesor

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha destituido por sorpresa, este martes, a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, alegando «falta de confianza». Era bien sabido que la relación entre Netanyahu y Gallant llevaba tiempo sin ser la más idónea. De hecho, rara vez se dejaban ver juntos, salvo en situaciones estrictamente necesarias, como las reuniones del gabinete de guerra. Una situación de lo más anómala en un país que lleva más de un año de guerra en la franja de Gaza y que, además, el pasado septiembre inició una incursión «limitada» en el sur del Líbano. Netanyahu explicó que no estaban de acuerdo en la gestión de la contienda y acusó a Gallant, a quien considera un gran rival dentro de su propio partido el Likud, de contradecir las decisiones del gabinete.

«Desafortunadamente, aunque en los primeros meses de la guerra hubo confianza y se hizo un trabajo muy fructífero, durante los últimos meses esta confianza se resquebrajó entre el ministro de Defensa y yo», señaló Netanyahu, en una grabación compartida en su cuenta de X, antes Twitter. El despido de Gallant entrará en vigor dentro de 48 horas y será reemplazado por el polémico ministro de Exteriores, Israel Katz, quien ha protagonizado varios encontronazos con el Gobierno español a través de redes sociales, incluyendo al presidente Pedro Sánchez, por sus críticas a la campaña militar israelí en Gaza. La cartera de Exteriores será ocupada por el ministro sin cartera del partido Nueva Esperanza, Gideon Saar.

Tras conocerse la noticia de su destitución, Gallant recurrió también a redes sociales para defenderse ante las acusaciones vertidas por Netanyahu y aseveró que su compromiso con «la seguridad del Estado de Israel fue y siempre seguirá siendo la misión de mi vida». Por su parte, el mandatario israelí explicó que «surgieron diferencias graves con el ministro de Defensa con respecto a la gestión de la campaña» y ha señalado que hizo «repetidos esfuerzos para salvar estas brechas, pero solo se ampliaron». «Estos asuntos llegaron al público de una manera inaceptable y, lo que es peor, llegaron a conocimiento de nuestros enemigos, quienes se complacieron y encontraron ventaja en ello», prorrumpió.

En el mismo mensaje, el primer ministro israelí alabó la labor del nuevo ministro de Defensa, que, según Netanyahu, «ha demostrado su capacidad y dedicación a la seguridad nacional, como ministro de Asuntos Exteriores, ministro de Finanzas y ministro de Inteligencia durante cinco años, así como miembro de larga data del Gabinete de Seguridad». Sin embargo, los nombramientos tanto de Israel Katz como de Gideon Saar tendrán que ser aprobados, previamente, por todos los miembros del Gobierno y la Knéset –Parlamento israelí. Netanyahu ya amenazó con destituir a Gallant en marzo de 2023, tras denunciar este último que las reformas judiciales del Gobierno estaban poniendo en peligro la seguridad nacional. Pero, las protestas en las calles, que se bautizaron como «la noche Gallant», obligaron al primer ministro israelí a dar marcha atrás.

La oposición, en bloque, ha cargado duramente contra Netanyahu al que han acusado de aferrarse al poder «a expensas de la seguridad nacional», en declaraciones del presidente de Unidad Nacional y exmiembro del gabinete de guerra, Benny Gantz. En esta misma línea se pronunció Yair Golan, presidente del partido Los Demócratas, que llamó a los israelíes a salir a las calles contra la decisión, mientras que la diputada de Unidad Nacional, Orit Farkash Hacohen, condenó la destitución del ministro de Defensa «en medio de una guerra y en vísperas de un ataque [previsto por Irán] por anunciar órdenes de reclutamiento para miles de judíos ultraortodoxos».

Más de un año después, y con seis frentes abiertos –Gaza, Líbano, Cisjordania, Yemen, Siria, Irak e Irán–, Netanyahu ha dado el golpe en la mesa que llevaba tanto tiempo planeando. Los hechos se han precipitado, este martes, a raíz de una crisis con el Partido Judaísmo Unido de la Torá –que forma parte de la coalición–, tras la decisión del mandatario israelí de retirar un proyecto de ley que permitiría a los estudiantes de la yeshivá –centro de estudios de la Torá y del Talmud– evitar el servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Por lo que la salida de Gallant del Gobierno se ve como un guiño al partido ultraortodoxo. El ahora exministro de Defensa era un férreo defensor de obligar a los religiosos a cumplir el servicio militar obligatorio, del que están exentos, y más ahora en tiempos de guerra.