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Alonso Montero1000 días de guerra en Ucrania

La guerra de los mil días o cómo Putin metió sus tanques en Ucrania

Se cumplen mil días de un atropello, de un abuso de poder, de una tragedia sangrienta que, en ocasiones, ha hecho pensar que la III Guerra Mundial podría estar más cerca de lo que imaginamos

Volodimir Zelenski y Vladimir Putin, dos hombres en el tablero de la guerra de UcraniaPaula Andrade

No hay motivos para celebrar el aniversario de una guerra y mucho menos si hablamos de la invasión de Ucrania, un capricho de Vladimir Putin que ha costado miles de vidas, sacudido Europa y puesto a Estados Unidos y a la OTAN en una posición que nunca hubieran querido estar.

Se cumplen mil días de un atropello, de un abuso de poder, de una tragedia sangrienta que en ocasiones ha hecho pensar que la III Guerra Mundial podría estar más cerca de lo que imaginamos. Se cuentan mil días del fracaso de la civilización porque lo que ha hecho Putin es barbarie, se mire por dónde se mire.

A Putin estos mil días de tanques estancados en el fango, de soldados enviados al frente a punta de bayoneta, de perder y ganar territorio en el Donbás no han sido un camino de rosas, aunque piense que el jardín que formaba la antigua Unión Soviética le pertenece y Ucrania, el principio de todo, debía volver a casa, a esa que ha construido el líder de una dictadura de pensamiento antiguo y técnicas nuevas. Lo viejo es el comunismo y lo nuevo el polonio, accidentes y otras hierbas para asesinar a los que no se arrodillan ante él.

Rusia gana terreno que perdió, conquistó y reconquistó. Siempre fue Goliat y Ucrania David

En estos días Rusia gana terreno que perdió, conquistó y reconquistó. Siempre fue Goliat y Ucrania David, pero, en ocasiones, Europa y EE.UU, creyeron que los papeles podían cambiarse. Sino totalmente, modificar un libreto definitivo de derrota total.

La victoria en las pasadas elecciones de Donald Trump, en Moscú hizo lanzar las campanas al vuelo del fin de la invasión y la versión que más cuajaba era que Zelenski, sin poder de fuego, estaría obligado a arrojar la toalla. Pero un cisne negro parece haber asomado cuando menos se lo esperaba: la autorización de Joe Biden a utilizar el sistema de misiles Atacms en territorio ruso.

La posibilidad de utilizar estos misiles, de unos 300 kilómetros de alcance, como ha difundido la prensa de Estados Unidos –informa Efe– pero que no ha sido confirmado oficialmente, ha sido tradicionalmente uno de los reclamos de Kiev para hacer frente a la ofensiva rusa. La iniciativa de Biden ha encontrado eco en la Unión Europea con un Macron que ha salido de inmediato a respaldarla y hacer lo propio.

Los misiles hablan por sí solos y no hay duda de que lo haránVolodimir Zelenski sobre el permiso de Biden

Zelenski celebró la decisión, no los mil días de invasión. «El plan para reforzar a Ucrania es el 'Plan de la Victoria' que yo he presentado a nuestros socios. Uno de los puntos clave es sobre las capacidades de largo alcance de nuestro Ejército. Hoy se ha hablado mucho en los medios de que habríamos recibido permiso para estas acciones. Pero los ataques no se hacen con palabras. Estas cosas no se anuncian. Los misiles hablan por sí solos y no hay duda de que lo harán».

Desde que hace más de un año Rusia recuperó la iniciativa en el frente, sus fuerzas no han dejado de avanzar en la región de Donetsk, en el este de Ucrania, aunque Moscú sigue lejos de su objetivo de controlar todo el territorio.

Las fuerzas rusas lanzan al día alrededor de cien ataques en los ejes de Kurájove y Pokrovsk

Las fuerzas rusas lanzan al día alrededor de cien ataques en los ejes de Kurájove y Pokrovsk, pero su principal logro en los últimos meses fue la toma a principios de octubre de la ciudad de Vugledar, en la parte sur de Donetsk. Desde allí las fuerzas del Kremlin empujan hacia el norte para rodear a las tropas ucranianas que hay al sur de Kurájove, que es junto la ciudad de Pokrovsk el principal objetivo de la ofensiva rusa.

Ucrania –recuerda Efe– ha advertido de los planes rusos de activar una ofensiva también en la provincia suroriental de Zaporiyia, lo que pondría aún más presión sobre la línea defensiva de Kiev. Está por ver, sin embargo, si Rusia tiene capacidad para apretar a la vez en otro frente adicional.

El Ejército ruso se hizo con el control de 414 kilómetros cuadrados en el mes de octubre

Según datos del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington, el Ejército ruso se hizo con el control de 414 kilómetros cuadrados en octubre, lo que supone la mayor conquista de territorio en un mes por parte de Moscú desde el verano de 2022.

Aunque reconoce estos avances rusos, Kiev insiste en que el precio récord de pérdidas humanas y de material es descomunal. Zelenski se aferra, como hace desde el segundo año de la guerra, a la esperanza de que el Kremlin se quede sin hombres y equipamiento para suplir estas bajas.

Golpe a golpe, día a día los combates continúan y se extienden en la región rusa de Kursk, donde Kiev inició el pasado mes de agosto su operación fronteriza más ambiciosa de la guerra y controla desde entonces parte del territorio.

Más de tres meses después de que las tropas ucranianas cruzaran la frontera, el Ejército ruso aún no ha podido expulsarlas de su territorio.

En ese contexto, según la inteligencia surcoreana, ucraniana y occidental, Putin dio el visto bueno al despliegue en esa región fronteriza de unos 10.000 soldados norcoreanos, posibilidad contemplada por el acuerdo de asistencia mutua en caso de agresión firmado entre Moscú y Pionyang.

Los analistas no creen que los inexpertos militares norcoreanos puedan cambiar la suerte de la guerra en Kursk, donde las unidades ucranianas se han hecho fuertes y apenas han cedido terreno.

Pero la participación de fuerzas extranjeras sí podría sentar un peligroso precedente de internacionalización de la contienda que allane el camino para una mayor implicación de la OTAN.

La UE ha puesto a disposición de Ucrania cerca de 108.000 millones de euros en ayuda financiera, humanitaria y militar

La operación ucraniana en Kursk buscaba distraer a Rusia de su campaña en el este de Ucrania y ralentizar su ofensiva, algo que no ha ocurrido hasta el momento.

Pese a la difícil situación en el frente, la ayuda financiera, militar y humanitaria de la UE y el apoyo sin fisuras también de la OTAN explican en parte la capacidad de Ucrania de plantar cara a Rusia durante estos mil días.

Desde el inicio de la invasión rusa, la UE ha puesto a disposición de Ucrania cerca de 108.000 millones de euros en ayuda financiera, humanitaria y militar, así como para atender las necesidades de los 4,3 millones de ucranianos que se han acogido a la protección temporal ofrecida.

La OTAN, por su parte, impulsó en su cumbre de Washington en julio un nuevo mando desde una base militar en Alemania para coordinar toda la ayuda militar y las misiones internacionales de formación de soldados ucranianos, así como un apoyo militar a Ucrania por valor de 40.000 millones de euros este año.

Así las cosas, la guerra sigue pero, quizás, no por mucho tiempo.