«Morirás solo con tus mentiras»: la hija de Dominique Pelicot lo confronta en el juicio
Caroline Peyronnet acusa a su padre de abusos mientras los 49 hombres implicados en las violaciones de su madre defienden su inocencia
El juicio contra Dominique Pelicot, acusado de drogar y facilitar las violaciones de su esposa Gisèle Pelicot durante más de una década, dio un nuevo giro cuando su hija, Caroline Peyronnet, lo enfrentó en pleno tribunal. Tras escuchar a su padre negar haberla agredido, Peyronnet lo acusó de mentir y le lanzó una dura sentencia: «No tienes el valor de decir la verdad. Morirás solo con tus mentiras».
Caroline asegura que, al igual que su madre, fue drogada y fotografiada mientras estaba inconsciente, aunque las pruebas no incluyen videos de las agresiones. Por su parte, Dominique Pelicot ha admitido drogar a su esposa para cumplir sus «fantasías sexuales», pero niega haber agredido a su hija o nietos.
Gisèle Pelicot, exesposa del acusado, volvió a exponer el horror vivido durante años. Denunció la «cobardía» de los 49 hombres implicados, quienes —según ella— no hicieron nada al verla inconsciente. Aunque algunos admiten los hechos, otros argumentan que creían que Gisèle había dado su consentimiento. «Esos hombres no son niños. Cuando entraron a la habitación, su conciencia debería haber hablado», afirmó Gisèle, quien también señaló a Dominique como un «depredador sexual» que la traicionó y usó para satisfacer sus deseos.
La víctima, quien renunció a su anonimato para visibilizar su caso, declaró que no perdonará jamás a su expareja. «Fui defraudada, engañada y usada. Sus actos son imperdonables», aseguró. Sin embargo, afirmó que lucha por reconstruir su vida y dejar un legado de resistencia: «Quiero que mis nietos, que llevan mi apellido, se sientan orgullosos de su abuela. Hoy, el mundo recordará a Gisèle Pelicot».
El caso, que destapó una red de complicidad y abusos, continúa siendo un llamado a la reflexión sobre la percepción social de la violencia sexual y el consentimiento. El juicio sigue en curso, mientras Francia y el mundo observan con atención.