El Ejército libanés comienza a reforzar su despliegue en el sur del Líbano tras la tregua
Las Fuerzas Armadas libanesas han instado a los desplazados a regresar a las aldeas y ciudades fronterizas con Israel
El Ejército libanés anunció este miércoles que ha comenzado a reforzar su despliegue en el sur del Líbano, en coordinación con la misión de paz de la ONU en el país (Unifil), horas después de la entrada en vigor del alto el fuego entre Israel y la milicia chíi libanesa Hezbolá.
«El Ejército ha comenzado a reforzar su presencia en el sector situado al sur del río Litani, y a extender la autoridad del Estado en coordinación con la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (Finul)», indicó el Ejército en un comunicado.
Esta medida se enmarca dentro del «compromiso del Gobierno libanés de implementar la resolución 1701 del Consejo de Seguridad» de la ONU, que en 2006 puso fin a la guerra entre Hezbolá e Israel y que estipula el despliegue del Ejército en el sur y el repliegue de la formación armada al norte del Litani.
En este sentido, reafirmó que ese texto se aplicará «con todas sus disposiciones y obligaciones conexas, especialmente en lo que respecta a mejorar el despliegue del Ejército y todas las fuerzas de seguridad en la zona del sur del Litani», donde los soldados libaneses «estarán estacionados en los lugares designados», que no especificó.
Posteriormente el Ejército reiteró a los desplazados que regresan a las aldeas y ciudades fronterizas con Israel –especialmente en las regiones de Tiro, Bint Jbeil y Marjayún– que «respondan a las directivas de las unidades militares» y que «no se acerquen a áreas donde las fuerzas enemigas israelíes están presentes».
A su vez, desde el pueblo de Bint Jbeil, cerca de la frontera con Israel, el diputado Hasán Fadlalá aseguró que Hezbolá ofrecerá al Gobierno de Beirut «cooperación total» en el despliegue de refuerzos del Ejército en el sur.
El diputado garantizó que el movimiento no tiene «armas visibles» ni «bases» en la zona, aunque matizó que los miembros de Hezbolá son «hijos de los pueblos» del sur de Líbano, y que «nadie» podrá alejarlos de allí.
El alto el fuego entró en vigor este miércoles, después de dos meses de guerra abierta en los que Israel bombardeó cientos de objetivos de Hezbolá en el sur del país y en Beirut, especialmente, en donde mató además a finales de septiembre a su líder histórico, Hasán Nasralá.
Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, pidió este miércoles en un discurso televisado la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano, una operación que según el acuerdo de alto el fuego tiene que llevarse a cabo en un plazo de 60 días y será supervisada por Estados Unidos y Francia.
Según este pacto, los miembros de Hezbolá deben retirarse al norte del río Litani y, en su lugar, Estados Unidos y Francia trabajarán para que se desplieguen hasta 10.000 soldados libaneses en el sur del país «lo antes posible».