Meloni pospone las deportaciones a Albania y repliega a la mayor parte del personal de los centros de internamiento

con los centros de inmigrantes vacíos, los policías, trabajadores sociales y funcionarios que habían sido enviados a Albania han regresado a Italia.

La llegada del frío y el mal tiempo ha acabado por hacer fracasar del todo el arranque de las deportaciones de inmigrantes a Albania. A la isla de Lampedusa ya no arriban embarcaciones desde el norte de África y no hay personas a las que trasladar al campo de internamiento de Gjäder.

Todos los policías, funcionarios de prisiones y personal administrativo han regresado a Italia, según ha confirmado a El País el Ministerio de Interior que ha especificado: «Sigue operativo, el personal varía según las exigencias». Solo han quedado siete empleados de la cooperativa que gestiona la asistencia social y sanitaria.

El plan de Meloni contemplaba que llegaran cerca de 3.000 personas al mes a los centros construidos en Albania, pero desde su apertura el 11 de octubre, solo 24 solicitantes han sido enviados a esas instalaciones y la mayoría de ellos no pasaron ahí más de 48 horas.

El escaso número de personas trasladadas responde en buena parte al criterio de selección de los que debían ser trasladados: hombres adultos y sanos, que no estén en condiciones de vulnerabilidad física o psíquica, rescatados en aguas internacionales por naves de bandera italiana.

Adicionalmente, hay que cumplir el criterio de nacionalidad de los deportados: los inmigrantes deben provenir de países considerados seguros, es decir, donde se respeten los derechos humanos. Esta es la clave del conflicto legal en los tribunales italianos que ordenaron el regreso a Italia de la mayoría de los que pasaron por Albania.

Los recursos económicos destinados al 'plan Albania' ha sido una de las críticas más recurrentes desde que se implementó porque el acuerdo migratorio entre Roma y Tirana tiene un coste de 500 millones de euros para el periodo de cinco años entre 2024 y 2028.

Los partidos de oposición italianos no tardaron en celebrar el fracaso del Gobierno de Meloni. «Misión cumplida», dijo de forma sarcástica Riccardo Magi, presidente del partido de oposición de izquierdas Più Europa (Más Europa). «El Gobierno ha tenido éxito en su esfuerzo por repatriar a los migrantes. ¿Migrantes? No, operadores italianos enviados a Albania, que volverán a casa el fin de semana. El gobierno primero despilfarró una enorme suma de fondos públicos, luego, con los centros vacíos, trajo de vuelta a Italia a algunos agentes de policía, y ahora incluso los trabajadores sociales están regresando a casa. Esto es un fracaso histórico».

«El Gobierno ha fracasado sabiendo que fracasaría. Ha gastado una montaña de dinero y ha jugado con los derechos de la gente. Esto quedará en la historia como una página vergonzosa para nuestro país», criticó Elisabetta Piccolotti, diputada del partido Alianza Verde e Izquierda.