China condena a siete años de prisión al periodista Dong Yuyu por «espionaje»
China ocupa el puesto 172 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2024, según RSF, lo que evidencia un entorno hostil para el periodismo independiente
Un tribunal de Pekín sentenció este viernes al periodista chino Dong Yuyu, de 62 años, a siete años de prisión bajo cargos de espionaje. Dong, conocido por su labor como editor del periódico Guangming Daily —afiliado al Partido Comunista de China (PCCh)—, fue arrestado en 2022 tras reunirse con un diplomático japonés en la capital.
El fallo, dictado por el Tribunal Popular Intermedio n.º 2 de Pekín, fue emitido sin la presencia de los abogados ni familiares del periodista, quienes tampoco recibieron una copia oficial de la sentencia.
En un comunicado, la familia de Dong calificó la condena como una «grave injusticia» que refleja «la bancarrota del sistema judicial en China». Criticaron la falta de pruebas en el caso y cuestionaron las acusaciones hacia la embajada japonesa, tachando de «absurdo» que diplomáticos extranjeros sean catalogados como espías.
«Yuyu era un puente entre China y las comunidades internacionales. Esta sentencia es una amenaza para cualquier periodista o ciudadano chino que promueva el entendimiento global», expresó la familia.
Una figura de prestigio perseguida por su trabajo
Dong Yuyu, quien ingresó al Guangming Daily en 1987 tras graduarse en Derecho en la Universidad de Pekín, goza de reconocimiento por su enfoque en reformas legales y su capacidad para fomentar el diálogo entre China y Occidente. Becario Nieman en la Universidad de Harvard y profesor visitante en Japón, también coeditó un libro sobre el estado de derecho en China. Aunque evitó críticas directas al liderazgo chino, su contacto habitual con diplomáticos y periodistas extranjeros parece haberlo convertido en un blanco político.
Según sus abogados, Dong se mantiene optimista pese a la condena, realizando ejercicios diarios y valorando el apoyo recibido de organizaciones internacionales.
El caso de Dong ha generado una ola de críticas desde el exterior. Organizaciones como el National Press Club de Estados Unidos y Reporteros Sin Fronteras (RSF) han condenado su detención, destacando que se trata de un ataque más contra la libertad de prensa en China.
China ocupa el puesto 172 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2024, según RSF, lo que evidencia un entorno hostil para el periodismo independiente. La detención de Dong refuerza el patrón de represión contra cualquier actividad percibida como una amenaza al control del régimen.
El Ministerio de Exteriores chino ha defendido las acusaciones, afirmando que el diplomático japonés involucrado realizó actividades «inconsistentes con su cargo». No obstante, este incidente ha puesto en entredicho la supuesta apertura de China hacia la «diplomacia de pueblo a pueblo» y su disposición a fomentar relaciones con la comunidad internacional.