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AnálisisAlonso Montero

Verdades, mentiras y el vídeo de la detención de María Corina

Las hipótesis continúan mientras Delcy y Jorge Rodríguez se llaman, como Nicolás Maduro, a silencio. La que adquiere más peso es la que apunta a que cumplían órdenes de Diosdado Cabello y que éstas fueron anuladas por Maduro

Madrid Actualizada 17:28

La líder opositora venezolana María Corina Machado durante la protesta de este jueves, en CaracasAFP

Diosdado Cabello se burlaba hace unas horas del vídeo (supuesto) de María Corina Machado donde, tras ser atrapada y retenida unos 20 minutos largos (verdadero), lamenta que perdió su bolso azul. Las chanzas y hasta la música de fondo del tema «Se me perdió la cartera», le sirvieron al chacal de la dictadura para tener entretenida una audiencia de leales que se tronchaba de risa en el patio de butacas de su programa «Con el mazo dando».

María Corina había salido horas antes a dar la cara, la misma que los esbirros de la dictadura le rompieron hace años –y tuvo que reconstruirse–, después de 133 días viviendo en la clandestinidad. La verdadera líder de la democracia venezolana convocó las manifestaciones previas al nuevo asalto al poder de Nicolás Maduro, o autogolpe, y prometió estar allí. Cumplió.

Durante su intervención en una especie de tarima, Machado miró al cielo y lanzó besos a los drones que la habían localizado. Desafiante, concedió más tiempo del recomendado (Puigdemont fue rapidito en eso). Había llegado y se marchaba en moto (una Kawasaki), como uno está obligado a moverse por Caracas si quiere llegar a los sitios y si es popular para pasar desapercibido. El casco le ocultaba el rostro.

En su retirada, la mujer que el mundo que cree en la democracia admira hasta el infinito y más allá, fue interceptada. El conductor/escolta que conducía la motocicleta recibió un balazo y está herido.

Los primeros vídeos de esta escena los difundieron policías que participaron de la misma. Sus intenciones son de libre interpretación, pero resulta evidente que el pensamiento único no es común entre ellos.

Las imágenes volaron por el continente y en un abrir y cerrar de ojos Elvira Salazar, republicana y miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, subió un vídeo a las redes dirigido a Maduro: «Si ustedes atacan a María Corina, nosotros, los Estados Unidos, los vamos a atacar a ustedes. Están advertidos». La amenaza de quien fuera una de las periodistas televisivas más populares de Estados Unidos no cayó en saco roto.

En menos de media hora, la mujer que representa la esperanza de Venezuela fue puesta en libertad. Minutos más tarde, una vez finalizados los funerales de Jimmy Carter, Donald Trump, también reclamaría la seguridad y libertad de María Corina Machado.

En el ínterin ya corría por el ciberespacio un vídeo de la «rehén liberada» sentada, encapuchada y con las piernas abiertas en uve. Declaraba estar sana y salva. Las palabras, los modos y la escena no respondían al perfil de esta luchadora. «La inteligencia artificial es la autora. No es ella. El pantalón es diferente, fíjate en el esmalte de las uñas. Jamás se mostraría así. Quizás la drogaron…». Las hipótesis se sucedían.

La cuenta de X, antes Twitter, del Comando Nacional de Campaña de la líder y de Edmundo González Urrutia estaba desorientada. Todo había pasado demasiado rápido y el primer contacto de Machado tras su liberación fue para tranquilizar a su hija, Ana Corina Sosa y a su madre. Al final, es humana.

¿Qué pasó en esa escasa media hora? ¿Por qué la secuestran y la liberan en tiempo récord? ¿Dónde está el escolta herido? El agente Gustavo García, jefe de operaciones de la División Motorizada de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas, aparece al mando del «operativo» donde detienen a Machado e intercambian al conductor herido de la Kawasaki. El periodista Ninosca Gómez lo explica en Instagram. En el Parque generalísimo Francisco de Miranda, «G. García», como está impreso en su casco, dirige el operativo. Es un hombre que responde a Diosdado Cabello –ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela–, mano derecha de Maduro.

Las hipótesis continúan mientras Delcy y Jorge Rodríguez se llaman, como Maduro, a silencio. La que adquiere más peso es la que apunta que Gustavo García cumplía órdenes de Diosdado Cabello y que éstas fueron anuladas por Maduro. Presidentes y expresidentes del continente americano en pleno, salvo la excepción de Nicaragua, le habían hecho saber al sucesor de Hugo Chávez que, al menos en el barrio americano, estaba solo.

María Corina Machado anunció que hoy lo contará todo con detalles. Mientras llega esa hora, el último mensaje de la republicana Elvira Salazar suma lecturas: «Muy bien soltar a María Corina… El régimen de Maduro se da cuenta de que es débil. Ella es altamente fuerte. Una vez que el presidente Trump llegue a la Casa Blanca, el juego se acabó, es una advertencia que sigue vigente para el régimen de Maduro».