El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, llegando a los edificios de la Oficina de Investigación de la Corrupción para Funcionarios de Alto Rango
Las autoridades surcoreanas detienen al presidente suspendido Yoon Suk-yeol
Instantes antes, el mandatario emitía un vídeo en el que decía acatar la orden «para evitar cualquier desafortunado baño de sangre»
Tras seis semanas de caos desde que el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol estableciera la ley marcial, las autoridades han logrado arrestar al mandatario.
Este miércoles, cerca de 3.000 agentes de policía y de anticorrupción acudían a su vivienda, donde algunos lograron entrar. Allí se había encerrado como refugio mientras que en el Tribunal Constitucional se dirimía la ratificación de su destitución —audiencia a la que estaba convocado—. Esta vino propiciada por una decisión la Asamblea en una segunda moción el 14 de diciembre. La policía abrió una investigación en su contra por «insurrección», que puede acarrear un castigo incluso de pena de muerte.
En torno a las 5:20 de la mañana, hora local, las autoridades se dirigieron a su residencia, que permanecía rodeada tanto de 6.500 partidarios como por su férrea guardia presidencial, que detuvo la primera tentativa de arresto el 3 de enero, un mes después de la efímera imposición legislativa que ha propiciado su caída. También estuvo acompañado de varias decenas de diputados de su formación, el Partido del Poder Popular.
«Evitar un baño de sangre»
Los agentes comenzaban a abrirse paso para conseguir entrar: algunos, con escaleras de mano, saltaron las vallas, mientras que otros usaban caminos alternativos. Eran instantes de tensión, que fueron cortados por la comparecencia de uno de sus abogados. El presidente estaba dispuesto a colaborar con los investigadores. El líder grababa un vídeo en el que afirmaba aceptar la detención para «evitar cualquier desafortunado baño de sangre».
«La Oficina de Investigación Conjunta (CIO) ejecutó una orden de arresto para el presidente Yoon Suk-yeol hoy a las 10H33 (01H30 GMT)», se leía en un comunicado firmado por la policía, la agencia anticorrupción y el Ministerio de Defensa. Justo después, según la agencia surcoreana Yonhap, el presidente fue visto enntrando en la sede del CIO, donde comenzó a ser interrogado una media hora después de la detención. En las próximas horas, sus abogados darán una rueda de prensa para ofrecer más detalles.
En el primer intento de arresto, la seguridad de Yoon, que en ningún momento había colaborado, logró que se suspendiera la operación. Desde aquella tentativa, los agentes se establecieron en torno a la vivienda presidencial ante la atenta mirada de miles de simpatizantes. Algunos de ellos se enzarzaron con las autoridades, afirmando que la orden de captura era «ilegal», tal y como mantenía la defensa del mandatario en un principio. Además, el equipo legal alegaba que la oficina anticorrupción no estaba autorizada para detenerlo.
Ahora, según la orden judicial actual, Yoon podrá estar retenido durante 48 horas, a menos que se solicite una nueva orden por parte de los investigadores y que la justicia lo avale.
La oposición de Corea del Sur, el Partido Democrático, afirma que se trata del «el primer paso hacia la restauración del orden constitucional, la democracia y el Estado de derecho».