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Familiares y parientes de rehenes retenidos en la franja de Gaza desde los ataques del 7 de octubre de 2023, en Tel AvivAFP

Hamás entrega la lista de los nombres de los rehenes con horas de retraso y comienza el alto el fuego

Israel espera con impaciencia la vuelta a casa de Romi Gonen, 24 años, secuestrada durante el festival Nova en la madrugada del 7 de octubre de 2023, Emily Damari, 28 años –la única rehén con nacionalidad británica–, y Doron Streinbrecher, 31 años, ambas capturadas en el kibutz Kfar Aza

El grupo terrorista Hamás ha retrasado durante horas la entrega de los nombres de las tres rehenes que debe liberar este domingo como parte del acuerdo del alto el fuego acordado este miércoles en Doha con Israel. La implementación de la tregua, que estaba prevista que entrara en vigor a las 8:30 hora local (7:30 en la España peninsular) se ha retrasado hasta las 11:15, a la espera de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu diera el visto bueno a los nombres de los cautivos que volverán a casa tras más de 15 meses cautivos en Gaza.

Hamás debía haber entregado la lista durante la tarde de este sábado, para que Israel contara con, al menos 24 horas, para aprobarla. Sin embargo, una vez más, la desconfianza entre ambas partes ha colocado el acuerdo al borde del precipicio. Entre los cautivos que serán liberados este domingo –tres mujeres–, figuran la joven Romi Gonen, 24 años, quien fue secuestrada por los terroristas durante el festival Nova en la madrugada del 7 de octubre de 2023, Emily Damari, 28 años –la única rehén con nacionalidad británica–, y Doron Streinbrecher, 31 años, ambas fueron capturadas en el kibutz Kfar Aza.

Pocas horas antes de que el grupo terrorista palestino facilitara a los mediadores en Qatar los tres nombres, Netanyahu anunció la suspensión de la tregua. Hamás, por su parte, trató de justificar el retraso por razones «técnicas sobre el terreno», sin ofrecer más detalles. Entre tanto, el Ejército israelí ha seguido atacando el norte y el centro de la franja de Gaza. Los últimos ataques israelíes, antes del alto el fuego, acabaron con la vida de al menos 15 palestinos. Asimismo, en una operación encubierta en la Franja, durante la noche de este sábado, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) recuperaron el cuerpo del soldado, Oron Shaul, cuyo cuerpo sin vida llevaba secuestrado más de diez años.

«Los esfuerzos para recuperarlo, incluida la recopilación de Inteligencia por parte de la Unidad de Secuestrados y Personas Desaparecidas y la Unidad de Operaciones Especiales de la Dirección de Inteligencia, continuaron durante más de una década y durante esta guerra», reza el comunicado castrense. Tras cuatro días en los que el acuerdo de alto el fuego amenazaba con descarrillar en cualquier momento, finalmente tanto los familiares de los rehenes como los gazatíes respiran aliviados. Las bombas han callado y, en Israel, ya está todo preparado para recibir a las tres primeras rehenes que deberán cruzar la frontera a las cuatro de esta tarde. A cambio, el Gobierno de Netanyahu excarcelará a 95 presos palestinos, entre los que se incluyen mujeres y diez menores.

La entrada en vigor del acuerdo con Hamás ha provocado tensiones en el Ejecutivo de coalición y como ya advirtió el ministro de Seguridad Nacional, el ultranacionalista Itamar Ben-Gvir, presentó este domingo su dimisión. «A partir de ahora, el partido Poder Judío no es miembro de la coalición», comunicó la formación. Junto a Ben Gvir, el ministro de Patrimonio, Amichai Eliyahu y el ministro de Néguev, Galilea y Resiliencia Nacional, Yitzhak Wasserlauf, también presentaron sus cartas de renuncia al primer ministro. En la misiva, a la que tuvo acceso el medio hebreo The Times of Israel, el ministro de Seguridad Nacional se congratula por sus «logros significativos», pero denuncia que la tregua es un «acuerdo de rendición al terrorismo».

El Gobierno de Netanyahu aún cuenta con la mayoría parlamentaria, a pesar de la salida de los ministros de Poder Judío. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, del Partido Sionista Religioso, quien también amenazó con abandonar la coalición si el acuerdo con Hamás salía adelante, finalmente anunció que se quedará porque, según justificó, aunque no consiguieron «impedir este peligroso acuerdo», su formación sí pudo garantizar que «la guerra no terminaría de ninguna manera, sin alcanzar todos sus objetivos, el principal de los cuales es la destrucción completa de Hamás en Gaza». Muchos temen que la tregua, que consta de tres fases diferentes, nunca se llegue a implementar hasta el final.

Durante la primera etapa, de 42 días de duración, el grupo terrorista palestino se compromete a liberar a 33 rehenes, de 98, a cambio de la excarcelación de 1.890 presos palestinos. Israel, por su parte, deberá iniciar una retirada gradual de sus tropas de la Franja, así como permitir la entrada de ayuda humanitaria y la vuelta segura de los desplazados a sus hogares –los que queden en pie. Los primero camiones, de los centenares que esperaban desde hace días en el lado egipcio del cruce fronterizo de Rafah, que conecta Gaza con Egipto, ya han podido entrar en el enclave. Se espera que puedan repartir repartir, entre otros, alimentos y suministros básicos, incluida agua potable, material sanitario e higiénico y tiendas de campaña para paliar la crisis humanitaria que sufren los gazatíes.

Sin embargo, Netanyahu, que finalmente se pronunció sobre el acuerdo este sábado, ofreció un discurso repleto de amenazas. El primer ministro israelí recalcó en todo momento que se trataba de un «alto el fuego temporal» y que Israel se reservaba su «derecho» a reanudar la guerra «si las negociaciones de la segunda fase no van a ningún lado», una garantía que, según él, contaba con el respaldo de Estados Unidos. En esta misma línea, insistió en que no descansará hasta «cumplir todos los objetivos de la guerra», entre los que se encuentra tanto la eliminación total de Hamás como el regreso de todos los rehenes.