Así fue la llegada de Donald y Melania Trump al Capitolio: él rictus serio y ella sonrisa de oreja a oreja

Donald Trump caminaba con el ceño fruncido por los pasillos del Capitolio antes de acceder al salón en el que se celebraba la sesión de investidura que le iba a convertir en el presidente número 47 de los Estados Unidos. Ni siquiera en un día de celebración el magnate ha sido capaz de abandonar el rictus serio y desafiante que le caracteriza, aunque si dedicó alguna sonrisa a los presentes que cada poco tiempo abandonaba para volver a su tónica habitual.

Esta imagen contrastaba con la de Melania Trump, su mujer, que entró en la sala con una sonrisa nerviosa de oreja a oreja, acompañada del brazo por un marine del Ejército estadounidense y fue a colocarse junto a su hijo Barron Trump. Muy próximo a ellos, una fila por detrás, se encontraba Elon Musk, que se encargará de aligerar costes al Gobierno de la nación desde el Departamento de Eficiencia.