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Donald Trump durante la firma de órdenes ejecutivas en la Casa Blanca en su primer día de mandato
Trump detiene las subvenciones federales a la práctica totalidad del aparato woke
Esta iniciativa del nuevo gobierno republicano apunta a desmantelar las propuestas centradas en diversidad, equidad e inclusión
Apenas lleva poco más de una semana Donald Trump en la Casa Blanca, aunque la cantidad de noticias que ha generado y ha protagonizado ya incita a pensar que han transcurrido meses desde que aterrizó en Washington. En su última obra, la Administración Trump ha ordenado la suspensión inmediata de casi todas las subvenciones y ayudas federales que, según la Casa Blanca, alimentan el aparato woke.
El memorando de esta obra, firmado por Matthew J. Vaeth, el director interino de la Oficina de Presupuesto y Gestión (OMB) exige detener a las agencias gubernamentales cualquier desembolso de fondos que no sea estrictamente indispensable, además de sostener sus programas a una revisión ideológica que garantice su alineación con las órdenes ejectuvias del nuevo presidente.
De entrada, esta iniciativa del nuevo gobierno republicano apunta a desmantelar las propuestas centradas en diversidad, equidad e inclusión, además de políticas de justicia ambiental y proyectos relacionados con la transición energética del Green New Deal. A todas estas propuestas, la nueva Administración las califica de «desperdicio marxista».
Esto tan solo supone un capítulo más de la batalla que mantiene Donald Trump contra lo que él y sus aliados denominan como «la captura woke de las instituciones estadounidenses». Entre los programas potencialmente afectados se encuentran proyectos emblemáticos como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), las subvenciones destinadas a tecnologías verdes y ayudas para pequeñas empresas, además de programas educativos y de investigación científica.Reacción demócrata
Ante estas medidas de Trump, la oposición del Partido Demócrata no ha tardado en alzar la voz. El senador Chuck Schumer ha calificado la decisión de «ilegal» y ha acusado a la Administración Trump de «secuestrar recursos esenciales para implementar su agenda ideológica». «Estos fondos no son un capricho presidencial, son ley. Jugar con ellos es jugar con las vidas y los medios de subsistencia de millones de estadounidenses» explicó.
Este memorando obliga a cada agencia federal a presentar antes del 10 de febrero un análisis detallado de sus programas, además de asignar la supervisión del gasto a un funcionario político designado por la Administración Trump. «Estamos viendo un intento deliberado de centralizar el poder en la Casa Blanca, a expensas de las leyes aprobadas por el Legislativo», advierte G. William Hoagland, vicepresidente del Centro de Políticas Bipartidistas.
Sin embargo, y pese a las críticas de la oposición, Trump sigue encaminado a revertir todo lo hecho por Joe Biden en su anterior mandato y encaminar a Estados Unidos a lo que él denominó como su nueva «era dorada».