Chile y el nuevo orden mundial
Chile y el nuevo orden mundial

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump
El ejercicio del poder ejecutivo y gubernativo del presidente Donald Trump, está provocando diversas pasiones, las que se pueden ver reflejadas en los titulares de los diarios y, como no podía ser de otro modo, en las redes ¿sociales?
Sin embargo, tales reacciones, no tienen fundamento, pues, si uno siguió la campaña presidencial de EUA y las posturas del presidente electo, no deberían extrañar las decisiones que ha ido tomando.
Más aún, la lectura de la Plataforma Republicana o Agenda 47 que, en 16 páginas contiene y confirman las decisiones del presidente Trump:
- El propósito fundamental del gobierno.
2. Las primeras veinte promesas que aseguró cumplir en un plazo breve de tiempo y que ha ido cumpliendo.
3. La tabla de nueve contenidos de las ideas y políticas matrices del gobierno, detalladas en medidas concretas.
En sentido amplio, MAGA, (Hagamos América Grande Otra Vez) se especifica en: Un regreso al sentido común.
Regreso al sentido común porque se ha perdido. Tal pérdida, ha implicado el extravío del sentido de la civilización cristiana y que el gobierno del, por y para el pueblo, ya no es tal.
La economía; la soberanía; la inmigración; recuperar el sueño americano y hacerlo asequible para las familias, jóvenes, para todos; la protección de los trabajadores y agricultores, del comercio injusto; la protección a las personas mayores, la educación en las artes liberales y el regresar a la paz, a través de la fuerza, constituyen algunas de las políticas más relevantes de la nueva administración en EUA.
Se trata, en el fondo, de que el Partido Republicano vuelva a sus raíces: El Partido de la Industria, la Manufactura, la Infraestructura y los trabajadores.
El llevar a cabo tal propósito, lo estamos viendo, implicará un nuevo orden mundial.
El viejo orden, a mi entender, tuvo un origen técnico fáctico, con ribetes de respeto a los «derechos humanos», fruto de una repartija del mundo (acuerdo de Yalta), que no respetó el origen, la historia, la cultura y la religión de medio mundo, tras la cortina de hierro.
Estamos asistiendo, me parece, al término del (des) orden mundial tras la segunda guerra mundial.
La expresión política de tal (des) orden, estuvo caracterizado por el llamado Estado de bienestar (aunque haya tenido antecedentes previos), y la socialdemocracia, que silenciosamente fueron ahogando y encadenando la libertad en todas las dimensiones de la misma y que la llamada ideología 'woke', lejos de ser un despertar, ha sido el intento de un sueño afiebrado e inhumano, pero por lo que parece, afortunadamente, terminal.
En paralelo al nuevo orden mundial, está fraguándose la cuarta revolución industrial. La de la Inteligencia Artificial, que significará, si lo entiendo bien, aunque parezca paradójico, la revalorización de los oficios manuales, lo kraft, lo artesanal, que lleva el sello indeleble de lo original en cada uno de nosotros consistimos, en cuanto seres creados, únicos, irrepetible de insustituibles.
Chile, no puede estar ajeno a este nuevo orden mundial, que lo tenemos en las narices.
El nuevo gobierno, a partir del 4 de marzo del 2026, esperamos que sea correspondiente a este nuevo orden y traiga de regreso: el sentido común,
La ley y orden, la justicia, la verdad y la belleza, los espacios de esperanza, las solidaridades primarias, la amistad cívica, la hospitalidad, el patriotismo, la austeridad y la generosidad, el trabajo bien hecho, la paz, en suma, como decía el maestro Rafael Alvira.