El «criptogate» pone a Milei a los pies del banquillo
Al presidente de Argentina le imputan los delitos de fraude, negociaciones incompatibles con la función pública, infracción a la ética pública y asociación ilícita además de cohecho por recomendar una criptomoneda «trucha»

Javier Milei, precandidato presidencial de la coalición La Libertad Avanza
Víctima, verdugo o las dos cosas. El presidente de Argentina, Javier Milei, ha cometido el primer gran error –o el más caro– de su mandato. El sucesor de Alberto Fernández en la Casa Rosada recomendó a los argentinos que comprasen una criptomoneda desconocida hasta hace unos días y el resultado ha sido una catástrofe. Los valores de $LIBRA, nombre de la moneda virtual, se dispararon, pero en menos de 24 horas el valor se desplomó y provocó pérdidas de millones de dólares. Milei se desdijo y trató de dar marcha atrás, pero fue tarde y ahora afronta un centenar de querellas.
Milei animó en X, la antigua Twitter, a celebrar el nacimiento de un emprendimiento sobre el que no escatimó en elogios. Sus palabras se convirtieron prácticamente en órdenes para ahorradores e inversores. El problema le estalló un puñado de horas más tarde al desplomarse $LIBRA y con ella la autoestima del hombre que, como Superman, parecía perder toda la musculatura tocado por la «criptonita» de la moneda «trucha» (falsa).
El presidente trató de hacer desaparecer el tuit, pero fue peor el remedio que la enfermedad. La avalancha de críticas desbordó al Gobierno que este año tiene su primer desafío en las urnas al renovarse parcialmente ambas cámaras.
A Milei no le quedó más remedio que salir a corregirse en X y lamentar haber inducido a sus votantes (los otros seguro que no le hicieron caso) a meterse en una moneda que ahora califican de estafa. Es un MEME, trató de justificarse Milei en alusión a la creación de monedas en clave de humor que no tiene respaldo de ninguna clase, En otro intento por sacudirse responsabilidades, dio instrucciones a la Oficina Anticorrupción para que abriera una investigación.En paralelo, una lluvia de querellas arreció en su contra. En total se han presentado 112 denuncias contra el presidente del Gobierno, que ha quedado en una posición más que delicada después de conocerse que el «inventor» de la $LIBRA es un asesor suyo. Se trata de Hayden Mark Davos, que a su vez salió a garantizar que invertirá más capital en la moneda para resarcir de las pérdidas a los afectados. Más grave aún fue que él mismo, en un mensaje grabado, admitió que la idea de la criptomoneda siempre tuvo «el respaldo» y se «promovió activamente» por parte de Milei.
Al presidente le imputan ahora los delitos de fraude, negociaciones incompatibles con la función pública, infracción a la ética pública y asociación ilícita además de cohecho. Ésta última, según publica el diario de ultraizquierda Página 12 (el mismo que estableció el paralelismo con la criptonita), se produce después de que el empresario estadounidense Charles Hoskinson asegurase que personas del entorno del presidente le pidieron sobornos para poder concertar una entrevista personal con Milei.
Difícil la defensa de Miei en el criptogate, la ministra de Seguridad y ex adversaria suya en las elecciones presidenciales, Patricia Bullrich, rompió una lanza en su favor y lo presentó como una «víctima» de una operación cuyo único objetivo es tumbar al presidente. Dicho en sus propias palabras, calificó el asunto de «maniobra para intentar bajar al presidente».
En este escenario donde los argentinos empezaban a respirar tras comenzar Milei a domar la inflación, a los piqueteros y en el buen camino para evitar los múltiples cambios en negro de la moneda, la decepción ha calado hondo en la población. La desconfianza parece haberse abierto paso y el ídolo o salvador Milei, al menos por ahora, parece haber comenzado a caer en desgracia.
La pregunta del millón, y no precisamente de $LIBRA, es si lograra remontar o el presidente, como la moneda, se hundirá. La prueba del algodón la veremos en las elecciones legislativas.