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El excanciller alemán Olaf Scholz asiste a una conferencia de prensa del Partido Socialdemócrata (SPD) en la sede del partido 'Willy-Brandt-Haus' en Berlín, Alemania

El excanciller alemán Olaf Scholz asiste a una conferencia de prensa del Partido Socialdemócrata (SPD)EFE

Scholz admite su culpa y abre la puerta a formar Gobierno con los conservadores de Merz

Los socialistas alemanes aseguran que la pelota está ahora en el tejado del líder democristiano

El excanciller alemán, Olaf Scholz, y gran perdedor de las alecciones este domingo al frente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), confesó en una rueda de prensa desde la sede de su partido en Berlín que «ayer fue un amargo resultado electoral para el SPD, y hoy no ha sido mejor».

En esta misma línea, añadió que su partido «intentó hacer un buen trabajo ante uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta nuestro país desde 1945». Pero admitió que «al igual que fui responsable del éxito, soy por supuesto responsable del resultado actual».

Aún así, Scholz se comprometió a seguir en el cargo de canciller «hasta el último día», al tiempo que subrayó el continuo apoyo de Alemania a Ucrania.

Por su parte, el copresidente del SDP, Lars Klingbeil, afirmó este lunes que su formación, que ha obtenido el peor resultado de su historia con el 16,4 % de los votos, está abierta a entablar conversaciones para formar Gobierno con el bloque conservador de Friedrich Merz, pero destacó que la pelota está ahora en el tejado del líder democristiano.

«Estamos dispuestos a mantener conversaciones, pero la pelota está en el patio de Merz y será el transcurso de las conversaciones el que decidirá si se consigue formar un Gobierno», afirmó en una rueda de prensa en Berlín con Scholz, y con la otra copresidenta, Saskia Esken.

Klingbeil apuntó que algunas declaraciones de Merz –cuyo bloque ha ganado con el 28,52 % de los votos– de las últimas semanas no han contribuido a tender puentes sino que han ahondado las brechas existentes, por lo que sentía «intriga» por saber cómo se imagina el conservador la cooperación con los socialdemócratas.