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Mark Carney, primer ministro canadiense

Mark Carney, primer ministro canadienseAFP

Perfil

Mark Carney, el hombre de los milagros que afronta el más difícil todavía con la herencia de Trudeau en Canadá

En 2013 se convirtió en el primer no británico en ocupar el cargo de gobernador del Banco de Inglaterra

En 2008, cuando una crisis financiera asoló a todo el mundo, el gobernador del Banco de Canadá, el más joven en la historia en liderar a un banco del G20, tomó acciones decisivas que lograron que el país esquivase los peores efectos y se mantuviese a flote. «Será difícil encontrar muchos banqueros centrales que hayan hecho un mejor trabajo» expresó entonces Craig Wright, economista jefe del Royal Bank of Canada.

Mark Carney, nacido en 1965 en la remota localidad de Fort Smith, perteneciente a los remotos Territorios del Noroeste, desempeñó ese cargo en el banco canadiense hasta 2013, cuando se cambió de país y asumió el mando del Banco de Inglaterra. Allí, tuvo que lidiar con dos terremotos de una magnitud inimaginable: el Brexit y la pandemia de la covid. Y volvió a salir indemne.

Ahora, afronta el reto más difícil de su carrera. Carney fue elegido este domingo como nuevo primer ministro de Canadá, sucediendo a Justin Trudeau al frente del Partido Liberal. Y, sin tiempo para asentarse, afronta dos retos gigantescos: la guerra arancelaria contra Estados Unidos y la crisis interna del país, con una moción de censura asomando en el horizonte.

«Sé cómo gestionar crisis. En una situación como esta, se necesita experiencia en términos de gestión de crisis, se necesitan habilidades de negociación» expresó Carney en uno de los debates de campaña. Experiencia, desde luego, la tiene, pero podría no ser suficiente. Carney en principio ha sido elegido para desempeñar el cargo de primer ministro hasta, como mínimo, las elecciones de octubre, pero su estancia podría ser mucho más efímera.

El Parlamento canadiense reanudará sus sesiones el próximo 24 de marzo y la oposición le planteará una moción de censura, que saldrá adelante o no dependiendo de si la apoya el Nuevo Partido Democrático, otrora socios del Gobierno pero que mostraron muchas desavenencias con Trudeau.

El exgobernador del Banco canadiense, Mark Carney, elegido nuevo líder del Partido Liberal y primer ministro de CanadáAFP

Otra opción es que, antes de enfrentarse a esta moción de censura, el propio Carney convoque elecciones adelantadas para evitarse ese mal trago y aprovechar el repunte de los liberales en los sondeos. Sea como fuere, afronta una carrera contrarreloj para no convertirse en el primer ministro con menos tiempo en el cargo en la historia canadiense, un dudoso honor que ostenta Sir Charles Tupper, que apenas duró 68 días en 1896.

¿Quién es Mark Carney?

Pero, ¿cómo ha llegado Mark Carney hasta aquí? Hijo de profesores, se crió en Edmonton, capital de Alberta, el corazón petrolero de Canadá, y de ahí dio el salto a Harvard, beca mediante, antes de hacer un master en Oxford para consagrarse como una mente brillante y con todo el futuro por delante.

Tras eso, logró amasar una fortuna como banquero de inversiones durante 13 años en Goldman Sachs, trabajando en Nueva York, Londres, Tokio y Toronto, antes de ser nombrado vicegobernador del Banco de Canadá en 2003. Dejó el cargo en noviembre de 2004 para ocupar un puesto de alto nivel en el Ministerio de Finanzas, pero regresó tres años después, a la edad de 42, para ya ocupar el cargo de gobernador.

En 2013 se convirtió en el primer no británico en ocupar el cargo de gobernador del Banco de Inglaterra, además de también la primera persona en la historia en gobernar dos bancos diferentes dentro del G7.

Tras abandonar ese caego lanzó la Alianza Financiera de Glasgow para el Net Zero, una agrupación de bancos unidos para combatir el cambio climático. Pero Carney siempre quiso regresar a su país natal, y Trudeau soñaba con incluirle en su gobierno. Le ofreció la cartera económica de Canadá, pero entonces ocurrió el terremoto cuando la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland —quien también ha sido su gran rival para suceder a Trudeau— dimitió el pasado mes de diciembre. Este movimiento socavó el respaldo a Trudeau dentro de su propio partido, a la vez que su reputación ya estaba seriamente dañada con la llegada al país de millones de inmigrantes en pocos años.

Necesitando Trudeau un sucesor, Carney levantó la mano. No tiene experiencia diplomática, nunca ha sido siquiera diputado, pero su experiencia comercial y económica se presentan como la mejor baza de Canadá en una crisis histórica, la que mantienen con Estados Unidos en materia arancelaria. «Los canadienses siempre están listos cuando alguien se quita los guantes. Así que los estadounidenses no deberían equivocarse porque en el comercio, como en el hockey, Canadá ganará», declaró el nuevo líder canadiense poco después de conocerse el resultado que le designó primer ministro.

Estados Unidos decretó una pausa hasta el 2 de abril en los aranceles para bienes incluidos en el T-MEC, el tratado de libre comercio que une a México, Estados Unidos y Canadá, después de que Trump anunciara, el pasado 4 de marzo, aranceles del 25 % a las importaciones procedentes de Canadá y México. La duda ahora es si Carney seguirá en el cargo para ese 2 de abril. Ya ha sorteado, con incontestable éxito, dos crisis gigantescas y es una persona sobradamente preparada. «Todo lo que he vivido hasta ahora me ha preparado para este momento crítico en la historia de nuestro país» afirmó Carney el pasado domingo. Ahora cumple su sueño, pero la realidad, implacable, podría arrebatárselo en cuanto lo empiece a saborear.