
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba
El primer ministro japonés dona a sus diputados unos cheques regalo que podrían costarle el puesto
Ishiba reconoce haberlos entregado por su «trabajo duro». La ley japonesa de control de fondos políticos prohíbe las donaciones relacionadas por actividades políticas a los receptores
Shigeru Ishiba, el primer ministro japonés, se ha visto envuelto en un escándalo de donaciones de dinero en el partido de gobernante, después de la dimisión de su predecesor, Fumio Kishida, por otro caso de fondos irregulares.
Ishiba repartió a cada uno de los 15 diputados del Partido Liberal Democrático (PLD) unos cheques regalo por valor de 100.000 yenes —cerca de 620 euros— en una cena en su residencia oficial a principios de mes. Él mismo ha reconocido esto, pero asegura que el dinero procedía de su bolsillo y que la motivación era premiar su «trabajo duro». Aunque afirmaba que esto se encontraba dentro de la legalidad, se disculpó por provocar «preocupación».
Según la ley japonesa de control de los fondos políticos, está prohibida cualquier donación, ya sea de dinero o de activos financieros, entre los que se incluyen cheques regalos, por las actividades políticas de los recipientes. Sin embargo, Ishiba alegaba que «no fue una donación relacionada con actividades políticas, así que no entra en el Acta de Control de Fondos Políticos», insistiendo en que «no ve nada ilegal». Además, fuentes del PLD aseguraron a medios locales que todos los diputados los devolvieron.
Por su parte, varios partidos de la oposición han reclamado la dimisión de Ishiba, quien gobierna en minoría junto con el partido budista Komeito. Así, se plantean presentar una iniciativa para que comenzar las investigaciones.
El líder de la principal formación de la oposición, el Partido Democrático Constitucional (PDC), Yoshihiko Noda, se sorprendió de la «negligencia» del PLD «en un momento en que todas las fuerzas discuten la reforma política», adelantando que «pedirán explicaciones en el Parlamento».
El impacto «podría ser enorme»
Una fuente anónima de Komeito, socio del PLD, reconoció a la televisión estatal que el impacto del escándalo en el gobierno «podría ser enorme».
Ishiba atraviesa una crisis de popularidad desde octubre de 2024, siendo cuestionado dentro del partido su liderazgo por parte de la facción más conservadora. En los comicios del pasado 27 de octubre, el PLD se dio un batacazo electoral, perdiendo la mayoría parlamentaria por primera vez desde 2009, tras la dimisión de Kishida por otro escándalo de fondos ilícitos. Esto desembocó en una purga dentro del partido.
Y, mientras tanto, el Ejecutivo tiene pendiente aprobar el presupuesto para el próximo ejercicio fiscal japonés, que inicia en abril, en la actual sesión parlamentaria.