
El accidente en el río Hudson se cobró las vidas de seis personas
«Sin cámaras, sin caja negra y ocho vuelos en un día»: avanza la investigación sobre el accidente del Hudson
Pasados ya tres días desde el siniestro, la investigación sobre el accidente de helicóptero ocurrido en el río Hudson, entre Nueva York y Jersey City, continúa tomando forma. El siniestro dejó un saldo de seis personas muertas, entre ellas, una familia española compuesta por cinco miembros y un piloto estadounidense. Según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que lidera las pesquisas, el helicóptero accidentado no contaba con cámaras de grabación ni con una caja negra, lo que complica considerablemente los esfuerzos por reconstruir los momentos previos a la caída de la aeronave.
La ausencia de estos sistemas de grabación es un factor crucial, ya que en la mayoría de los accidentes aéreos, las cajas negras y las cámaras proporcionan información esencial sobre el funcionamiento de la aeronave, el comportamiento del piloto y los posibles fallos que puedan haber ocurrido antes del incidente. Sin embargo, en este caso, los investigadores deberán apoyarse únicamente en los restos recuperados de la aeronave y en el análisis de otras pruebas que se vayan encontrando.
Actualmente, el equipo de la NTSB ha desplegado 17 profesionales en el lugar del siniestro. Las labores de recuperación del helicóptero continúan, aunque hasta ahora se han encontrado varias partes del fuselaje, el rotor principal y el rotor de cola, que se encuentran sumergidos a una profundidad aproximada de 12 metros. Los equipos de buzos siguen trabajando en las aguas del río Hudson, utilizando tecnología de sonar de escaneo lateral para identificar posibles ubicaciones de restos adicionales de la aeronave.
El helicóptero involucrado en el accidente era un Bell 206 L-4, un modelo que, aunque todavía en funcionamiento, ha sido señalado en ocasiones por su antigüedad y su alta demanda de mantenimiento. La aeronave había realizado siete vuelos durante ese mismo día antes del accidente, siendo este su octavo vuelo. La NTSB está examinando si el helicóptero estaba siendo operado en condiciones seguras, especialmente teniendo en cuenta que el operador de la aeronave, New York Helicopter Charter, ha estado involucrado en una serie de problemas financieros en los últimos años.La empresa ha sido señalada por múltiples demandas por impagos, además de tener un historial de problemas operativos y de mantenimiento. En este contexto, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte ha comenzado a revisar los registros operacionales de la empresa y ha mantenido reuniones con sus representantes para obtener información más detallada sobre los procedimientos y el mantenimiento del helicóptero siniestrado. Según las autoridades, la última inspección importante de la aeronave se llevó a cabo el 1 de marzo, lo que implica que el helicóptero estaba en funcionamiento desde hace poco tiempo después de ser revisado.

Infografía: reconstrucción del accidente aéreo en el río Hudson
A pesar de la falta de cámaras y grabadoras a bordo, los investigadores están siguiendo varias hipótesis sobre las posibles causas del accidente. La NTSB ha sido cuidadosa en cuanto a evitar especulaciones prematuras y ha solicitado a la Administración Federal de Aviación (FAA), Bell Helicopter y Rolls Royce que colaboren en el análisis de los componentes mecánicos de la aeronave y en el estudio de los procedimientos operativos de la empresa.
Uno de los aspectos que más está siendo investigado es el historial de la aeronave y su exposición a condiciones de corrosión, dado que el río Hudson es conocido por su agua salada, que puede acelerar el desgaste de las partes metálicas. Este factor podría haber contribuido a un posible fallo estructural o mecánico, aunque aún no se han confirmado detalles al respecto.
La familia fallecida estaba compuesta por Agustín Escobar, ejecutivo de Siemens, su esposa Mercè Camprubí y sus tres hijos de 10, 8 y 4 años, quienes, según los informes, estaban disfrutando de un paseo turístico en helicóptero. El piloto, Seankese 'Sean' Johnson, un veterano militar estadounidense de 36 años, también perdió la vida en el accidente.

Las autoridades siguen investigando las causas del siniestro
New York Helicopter Charter, la empresa encargada del vuelo, ha tenido una historia problemática, con problemas financieros recurrentes que incluyen demandas por impagos y quejas sobre el mantenimiento de sus aeronaves. Además, la compañía había estado en quiebra en varias ocasiones, lo que ha generado preocupaciones sobre la seguridad de las aeronaves que operan. El dueño de la empresa, Michael Roth, ha sido descrito como alguien con un historial de disputas legales, y su flota de helicópteros ha sido criticada por ser pequeña y de modelos más antiguos.
Aunque la NTSB aún no ha proporcionado conclusiones definitivas sobre el accidente, se espera que los resultados de las investigaciones se vayan conociendo en las próximas semanas. Es probable que los investigadores también se centren en la posible sobrecarga de vuelos del día, lo que podría haber afectado la estabilidad operativa del helicóptero.