La presencia de China en Hispanoamérica y El Caribe: riesgo para la democracia y para Estados Unidos
Las dictaduras de la región juega un papel crucial como base de operaciones de espionaje, guerra cibernética, suministro de precursores químicos y equipos para la producción de drogas como el fentanilo y las meta anfetaminas que tanto preocupan a Trump

El presidente chino, Xi Jinpingm y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro
Desde el 2005, China ha desarrollado una estrategia ofensiva en Hispanoamérica y el Caribe, con una gigantesca inversión de más de 670.000 millones de dólares, de los cuales 60.000 fueron a parar a Venezuela, para promover un comercio bilateral con fines económicos y político con nuestros países. En comparación, el hemisferio tiene un comercio bilateral con Estados Unidos de poco más de 600.000 millones anuales.
Así lo hizo saber el Robert Evan Ellis, profesor de investigación de estudios de América Latina y el Caribe para el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los EE.UU. en un reciente informe presentado ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, reforzado ahora por la comparecencia, hace pocos días, del nuevo Jefe del Comando Sur, el Almirante Alvin Holsey, ante el mismo comité, donde ratificó que «China es la principal amenaza para los Estados Unidos».
Ellis y Holsey coincidieron en referirse, a la «perniciosa influencia de China en la región, para conspirar contra el gobierno de Estados Unidos», con el apoyo de las dictaduras en Venezuela, Cuba y Nicaragua, en esa tarea de desplazar a Estados Unidos, como la primera fuerza económica y política aquí en la región.
Además, ambos señalaron que estos países juegan un papel crucial como base de operaciones chinas de espionaje, guerra cibernética y el suministro de precursores químicos y equipos para la producción de drogas sintéticas, como el fentanilo y las meta anfetaminas que tanto preocupan a Norteamérica.Los tentáculos
Las actividades de penetración de China incluyen la instalación de 44 «Centros Confucio», para difundir la cultura y el lenguaje chino, pero también para adoctrinamiento político-ideológico; además, costea viajes a China, para académicos, políticos, policías, militares (en particular altos oficiales del ejército venezolano), jueces y periodistas de diversos países.
China ha establecido, también, una estrategia de acercamiento con las cámaras de comercio en cada país, con los grupos de apoyo en los congresos de muchos y con los medios de comunicación y redes sociales.
Destacaron la posición dominante de China en la infraestructura digital de la región, incluyendo la presencia de la firma Huawei y también servicios de almacenamiento en la nube que presta, por ejemplo, a los gobiernos de México, Cuba y Venezuela, además de los sistemas de vigilancia, identificación y de escáneres aduaneros y radares (11 instalados hasta ahora), para el espionaje y también para el robo de propiedad intelectual, una materia en la que los chinos se han especializado.
China provee vehículos antidisturbios y cámaras de reconocimiento facial de alta resolución para rastrear a manifestantes en las calles
En el área socioeconómica no solo facilita préstamos, sino también provee sistemas, equipamiento y tecnología de apoyo para la represión, como vehículos antidisturbios y cámaras de reconocimiento facial de alta resolución para rastrear a manifestantes en las calles.
Panamá
En el caso de Panamá, pese a las presiones de Trump, las empresas chinas siguen teniendo la combinación de presencia física, conocimiento técnico y las relaciones necesarias para cerrar el canal, o cualquier puerto en Colombia o Perú, en un momento de crisis o de conflicto bélico.
Como si fuera poco, la tecnología instalada por china en varios países de América, podría permitirle atacar satélites de comunicación y militares estadounidenses o desplegar ataques desde el espacio contra Estados Unidos.
Uno de los efectos destacados de la injerencia china en la región es haber logrado que 5 de las 12 naciones de la región que reconocían a Taiwán rompieran las relaciones bajo presión, y han tentado a otros cuatro, a cambio de inversiones. También logró aumentar sus importaciones a esos países afectando a los comercios locales por la competencia desleal y elevando su influencia mediante Tratados de Libre Comercio.
Los «aranceles secundarios» del 25% para los países que compran petróleo y gas venezolanos va dirigido también a las compras chinas que suman cerca del 60% de la producción actual de Venezuela
En respuesta, y según se sabe, la administración Trump ya está desplegando acciones, no solo respecto a Panamá, sino también en Venezuela para incrementar el costo de China de hacer negocios en la región; los «aranceles secundarios» del 25% para los países que compran petróleo y gas venezolanos va dirigido también a las compras chinas que suman cerca del 60% de la producción actual de Venezuela.
Pero el negocio petrolero no es lo único en que China está comprometida y en el cual Venezuela está jugando un papel clave desde 2017.
Destaca la costosa ayuda a la tiranía venezolana para establecer y dirigir estrategias de control social de los venezolanos usando tecnología avanzada a través de gigantes chinos de telecomunicaciones como ZTE Corp y Huawei. Por este medio, controla el suministró de tarjetas inteligentes, especialmente la del «Sistema Patria» que acoge entre 10 y 20 millones de venezolanos, para vigilar y espiar el comportamiento social, político y económico de la ciudadanía.
Pero también controla los mecanismos y la tecnología de la seguridad del país con un sofisticado sistema de programas, equipos y técnicos, que operan en una unidad especial secreta dentro de la empresa venezolana de telecomunicaciones CANTV.
La enorme base de datos personales que maneja, también permite el control, espionaje y «hackeo» de las redes sociales, los medios de comunicación y el espionaje contra plataformas y activistas de la oposición, incluyendo portales periodísticos críticos a la dictadura.
Esta plataforma tecnológica se ha utilizado, además, para hackear servidores de Amazon, por ejemplo, e incluso servidores de las Fuerzas Militares de Colombia, así como para interceptar comunicaciones militares de buques y aviones de combate norteamericanos, especialmente los que operan en la base militar de Curazao
Estas son algunas de las numerosas amenazas que representa la permanencia de China, para la democracia en la región y para los propios Estados Unidos; algo que la administración del Donald Trump y su equipo tienen muy claro y que debe anticipar, si quiere prevenir el avance de la presencia e influencia de China en Iberoamérica.