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Grupo de mapuches chilenosAFP

El Debate en América

Indigenismo al ataque

Los españoles deben cuidarse de las demandas de los fenicios, de los celtas, de los tartesios, lusitanos y cántabros. Nunca se sabe cuándo se podría producir la ofensiva de sus descendientes

Como el comunismo ya no puede atraer a los trabajadores comunes y corrientes, quienes se dieron cuenta de que el sistema que defiende ha fracasado en todas partes del mundo, el foco propagandístico se concentra ahora en el indigenismo.

México, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia, Chile y Argentina, enfrentan distintas situaciones con un denominador común.

Grupos de operadores de extrema izquierda están coordinando acciones en las fronteras de Perú, Chile y Bolivia, para unificar habitantes de origen aimara.

Los mapuches (araucanos), del sur de Chile y Argentina llevan adelante planes reivindicatorios de territorios de ambos países con actos terroristas, incendios, narcotráfico y robo de madera.

Un puñado de supuestos indígenas tienen extorsionados a los chilenos, con escaños reservados y toda clase de beneficios.

En Colombia el nuevo presidente, Gustavo Petro, nomina indígenas en cargos claves y también embajadores en destinos relevantes.

El gobierno de Ecuador, casi cae hace unas semanas por presiones de grupos indígenas, que reclamaban por el alza del precio de los combustibles.

Todos estos grupos están amparados desde Ginebra, con financiamiento de la ONU y con dirigentes indígenas que no viven en rucas, sino en elegantes viviendas.

Los líderes defienden su derecho a vivir como vivían sus antepasados, pero no renuncian a buenos coches, al teléfono móvil, y a todos los beneficios de la modernidad

Los líderes defienden su derecho a vivir como vivían sus antepasados, pero no renuncian a buenos coches, al teléfono móvil, y a todos los beneficios de la modernidad.

Quieren territorios propios, pero con servicios de los estados financiados por los contribuyentes de los países de los cuales reniegan. Quieren independencia, derechos y beneficios, pero no deberes.

Chile y Argentina

En el caso de Chile y Argentina, muy pocos hablan su lengua de origen y la mayoría son indígenas falsos. Se acuña el término de plurinacional, gestado en Bolivia, y asumido por líderes políticos de distintos países.

La tóxica combinación indígena-ecologista-comunista, está amenazando la estabilidad del continente y no es descartable que guerras civiles afloren en distintos lugares.

Un caso algo diferente es Venezuela, en donde la dictadura chavista-castrista no permite ningún activismo y cualquier intento de la oposición es aplacado con las armas y la cárcel.

En Chile el proyecto de nueva Constitución, que se votará en septiembre, impone aprobación previa a cualquier proyecto productivo, por parte de las comunidades indígenas que están distribuidas en todo el país.

La mayoría de estas comunidades han sido recientemente formadas para acceder a beneficios y boicotear el desarrollo. Comunidades mediterráneas quieren acceder al control del borde costero, lo que ha generado choques con sindicatos de pescadores que se sienten amenazados.

El financiamiento de estos grupos proviene muchas veces de millonarios europeos y estadounidenses

Es interesante constatar que el financiamiento de estos grupos proviene muchas veces de millonarios europeos y estadounidenses, también de jóvenes hijos de millonarios, que de pronto descubrieron que el desarrollo había pasado por encima de estos grupos «indígenas» y ahora toman sus causas por efecto «mea culpa».

Lo que viene es incierto y como estos grupos, muchas veces violentos, están amparados por leyes de protección a los derechos humanos de los indígenas, mas no de los policías. La contienda es desigual.

Las fuerzas de orden temen ser acusadas por uso indebido de la fuerza, por lo que las usurpaciones y los actos violentos continuarán sin pausa.

Dirigentes políticos, empresariales y la prensa en general le tienen terror a decir las cosas por su nombre, por lo que el discurso público es siempre de compasión hacia los «oprimidos».

La democracia ya no es tal en la mayor parte del continente, pues hay grupos minoritarios privilegiados, que ganan terreno con mucho apoyo del «derecho internacional».

Los españoles deben cuidarse de las demandas de los fenicios, de los celtas, de los tartesios, lusitanos y cántabros. Nunca se sabe cuándo se podría producir la ofensiva de sus descendientes.

* Andrés Montero es columnista, autor y empresario chileno