Constituciones hechas a medida en Bolivia y Ecuador
En Bolivia, se observó como progresista a la nueva Constitución Política del Estado promulgada el 2009 por el gobierno de Evo Morales cuyo referéndum obtuvo el 69,1 % de la votación.
Al momento de aplicarla, sin embargo, se observó que era a favor de los intereses suyos y de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Este partido se adscribió al Socialismo Hispanoamericano del siglo XXI al que pertenecían Ecuador y Venezuela y al que ahora se sumó Nicaragua.
La nueva constitución boliviana fue hecha para que Morales y su partido dominaran el escenario político
Me referiré a un par de temas decidores. En el caso de la votación para senadores, en la antigua Constitución, el partido ganador de las elecciones recibía dos curules y el tercero se lo adjudicaba al segundo vencedor. Con aquella fórmula, para tener dos tercios en el Senado, el partido tenía que ganar en los nueve departamentos que tiene Bolivia.
En la nueva Constitución, el ganador recibe cuatro escaños con simple mayoría, que equivale al 50 % más uno de los votos.
En la Constitución de 2009, convirtieron el voto rural en preponderante. Ocurre que en las zonas rurales, donde la mayoría es indígena, una pequeña población de 3.000 habitantes puede obtener un curul, no así en las ciudades donde se requiere al menos como 150.000 votos.
Esto ruralizó el espectro político institucional de Bolivia. Hoy día, un importante porcentaje de los 'masistas', cuya mayoría son indígenas, cuenta con la mayor cantidad de curules en la Asamblea Legislativa, situación muy conveniente para el MAS.
En las elecciones de 2014, ya con la nueva Constitución, el presidente Morales ganó en las zonas rurales, entre otras razones porque impedían a la oposición hacer campaña y así obtuvo los dos tercios del parlamento. Aprobaron las leyes por rodillo o vetaron otras manejando Bolivia a su antojo durante diez años.
Ahora, sin embargo, su poder se ha reducido porque si bien el actual presidente Luis Arce ganó con el 55,1 % de los votos, el voto de la oposición creció, obtuvieron curules y el MAS no logró los dos tercios en la Asamblea sino la mayoría simple.
Hoy día, sin embargo, el proyecto político del MAS está cambiando. La emigración del campo a la ciudad está creciendo y muchos habitantes de occidente se están yendo a vivir a oriente.
En el caso de la reforma judicial, como los masistas obtuvieron los dos tercios en la Asamblea, eligieron a sus partidarios, magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional y del Consejo de la Magistratura. Controlan así dichos tribunales y el consejo que ha traído como resultado una profunda crisis en la justicia en Bolivia.
Sin duda, la Constitución de 2009 cambió el escenario político de Bolivia a favor del MAS. Controlan el poder ejecutivo, el judicial y lo hacían con la Asamblea.
La misma historia en Ecuador
En torno a la Constitución de Ecuador, fue parte de la campaña política de Rafael Correa y de su movimiento Alianza País para las elecciones presidenciales de 2006. Y, la promulgó el año 2008.
Las tres funciones del Estado fueron reemplazadas por el Consejo de Participación Ciudadana y de Control Social que controló los mismos organismos de control que son la Contraloría General de Estado, la Fiscalía General del Estado, la Procuraduría de la Nación y las Superintendencias.
Esto debilitó a la Asamblea Nacional y al Ejecutivo respecto a sus capacidades de nominación y elección. Este 'súper Consejo' se convirtió en una entidad que generó un sin fin de conflictos entre los actores políticos y causó el debilitamiento de las instituciones en los últimos 14 años.
También se creó la quinta función: el Consejo de la Judicatura, con el fin de fortalecer la función judicial que en realidad fue para controlar la Justicia por medio de la «evaluación» y cambio de jueces.
El resultado ha sido desastroso. La función judicial es hoy una fuente de corrupción y decadencia infiltrada por las peores mafias que operan en la región.
Según recientes encuestas, la aprobación sobre las funciones del Estado alcanzan al 7 %. Todo esto ha desestabilizado a la república y puesto en peligro la democracia en Ecuador.
Otro aspecto es la consagración del derecho indígena y la naturaleza y personas que se ha convertido en fuente de conflictos de competencia en la justicia, entre la jurisdicción ordinaria (aplicada para el 93 % de los ciudadanos no indígenas en el Ecuador) y la jurisdicción autónoma e independiente que aplican el fuero indígena a miembros de sus propias comunidades indígenas.
Aquello se ha traducido en todo el territorio convirtiéndolo en un caos jurisdiccional. Aplican el derecho de ser juzgados por sus propias «autoridades», conforme a sus propias «normas» y « procedimientos» y acorde a su particular cosmovisión.
Se ha creado un Estado dentro de otro, debilitando el principio y valor del estado de derecho en el país. Desde su vigencia, Ecuador ha sufrido tres levantamientos indígenas que han paralizado al país, con el consecuente costo político, social y económico.
El presidente actual Guillermo Lasso propondrá el próximo año, una consulta popular con reformas a las principales instituciones y a la Constitución de la República.
Con la Constitución de 2008, Correa creó un Estado ad hoc para perpetuarse en el poder con un modelo político hiperpresidencialista.
Correa quiso obtener todo lo que busca un autócrata: el poder concentrado en una persona sin convicciones, quien no cree en los valores republicanos ni en la democracia. El poder para sojuzgar a la gente, avasallar los derechos humanos y limitar las libertades individuales.
Provocó los peores índices de atraso, desempleo y pobreza, pese a la bonanza de recursos que obtuvo el país durante su periodo presidencial.
Hoy Rafael Correa tiene una sentencia ejecutoriada en su contra por corrupción y vive exiliado en Bélgica .