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Homenaje a las víctimas del tiroteo en Hamburgo el pasado 11 de marzoAFP

El Debate en América

De los Kennedy a Jorge Eliécer Gaitán, atentados por ambiciones y fanatismos

El virus, la violencia y los vicios son las amenazas latentes en el mundo capaces de poner en peligro nuestras vidas

La historia de la humanidad se ha venido desenvolviendo entre los más inusitados acontecimientos. Este mundo que habitamos ha sido sacudido por terremotos, como ese que derrumbó edificios y arrasó con la vida de miles de seres humanos recientemente en Turquía y Siria; tsunamis como el que se consumó el día 26 de diciembre de 2004, inundó Indonesia, Sri Lanka, Tailandia, India, Maldivas, Sumatra, Andamán y el suroeste de China, dejando un pavoroso resultado de más de 227.000 muertes.

También los pobladores de la Tierra han sido azotados por pandemias o por guerras mundiales como la que se desató a raíz del atentado de Sarajevo perpetrado el día 28 de junio de 1914, que se llevó por delante la existencia del archiduque Francisco Fernando de Austria y de su esposa la duquesa Sofía Chotek. La acción la emprendieron un grupo de jóvenes de origen bosnios identificados con la célula irrendentista, entre quienes figuraba Gavrilo Pincip, a quien se tiene como el autor material del crimen. Ese hecho desencadenó la primera Guerra Mundial, ya que el imperio austrohúngaro apuntó su dedo acusatorio contra el gobierno de Serbia y de inmediato declaró la conflagración.

Pero quien tampoco tuvo el mismo hado de Andrew Jackson, ni la estrella que salvó al presidente Ronald Reagan, aquel 30 de marzo de 1981, cuando un veinteañero accionó su arma para disparar contra el mandatario, a las puertas del hotel Hilton en Washington, fue el pionero del movimiento pacifista hindú, Mahatma Gandhi, quien había coronado con éxito su sueño independentista de la India en 1947 y meses después, rezando en el jardín de su estancia, una balacera le cegó la vida en Nueva Delhi, hasta donde se había trasladado Nathuram Godse, un extremista emparentado con agrupaciones ultraderechistas indios indiciado como responsable de tal atentado.

Los asesinatos de los Kennedy

En cada uno de estos atentados salen a relucir los fanatismos, las ambiciones, los desequilibrios, los odios o rencores que guían los planes que han sacudido a la humanidad, como aquel día 22 de noviembre de 1963 en que vimos postrarse sobre el cuerpo de su esposa Jaqueline, al joven presidente John F. Kennedy.

Ese asesinato pervive en medio de un limbo en que solo ha salido a despuntar el nombre de Lee Harvey Oswald como autor material del magnicidio realizado en la ciudad de Dallas, por cuyas calles se desplazaba la limusina descapotable desde la que la pareja presidencial saludaba a los ciudadanos apostados en las aceras.

Seis años después, el senador Robert Kennedy, otro miembro de la dinastía, también fue asesinado en los pasillos del hotel Ambassador de la ciudad de Los Ángeles, a manos de un joven inmigrante palestino de 24 años conocido como Sirhan Sirhan.

Antes, el 21 de febrero de 1965, la locura de los desenfrenados fanáticos condujo hasta la sala en la que se congregaban centenares de seguidores de Malcolm X, a los asesinos que apuntaron con sus metrallas el cuerpo del predicador mientras escalaba hasta el podio ubicado en la tribuna desde la que pretendía dirigirse a la concurrencia en el bario neoyorquino de Harlem.

Otro crimen que aun repercute en los sentimientos de la humanidad, fue el que puso fin a la luminosa existencia de Martin Luther King. El pensamiento de Luther King, es citado diariamente en discursos y se le tiene como emblema para defender los Derechos Humanos.

Por enarbolar las banderas de los derechos civiles de los afroamericanos, un recalcitrante exponente del racismo, James Earl Ray, el 4 de abril de 1968, apretó el gatillo de su rifle para que una bala apagara esa antorcha de paz y libertad. A partir de entonces, un monumental alud de protestas conmovieron a los Estados Unidos y al resto del mundo.

Atentados contra líderes católicos

Lideres religiosos católicos también han sido perseguidos por pistoleros delirantes; uno de ellos, recordado por millones de fieles con inmenso y creciente afecto, fue su santidad Juan Pablo II contra quien atentó el día 13 de mayo de 1981 un fanático místico musulmán identificado como Mehmet Ali Agca, pieza de los extremistas agrupados en la célula «lobos Grises». El 13 de mayo de 1981, cuando ingresaba en un automóvil descapotable a la plaza San Pedro, el ahora fallecido papa Juan Pablo II recibió cuatro disparos del extremista turco Mehmet Alí Agca, miembro del grupo de extrema derecha «Lobos grises».

El Bogotazo

En Hispanoamérica han ocurrido actos de esa naturaleza que han engendrado revueltas que perduran en la memoria de sus respectivos pueblos. Uno de ellos fue el conocido Bogotazo, desatado el día 9 de abril de 1948 a raíz del atentado que acabó con la vida del líder liberal, Jorge Eliécer Gaitán. El ejecutor de ese asesinato terminó linchado por una enardecida multitud.

Dos años después, el día 13 de noviembre de 1950, se produjo en Caracas el magnicidio que tuvo como víctima al presidente de Venezuela, Carlos Delgado Chalbaud, cuyo asesino fue identificado como Rafael Simón Urbina, al que se tiene como el autor material, ya que circula desde entonces la especie de que actuaba cumpliendo ordenes del militar Marcos Pérez Jiménez, hipotético autor intelectual del regicidio.

Al líder de la democracia venezolana, Rómulo Betancourt, intentaron asesinarlo en varias oportunidades tanto en su exilio como dentro del territorio nacional, tal como sucedió el día 24 de junio de 1960, mientras la caravana presidencial se enrumbaba hacia el Paseo Los Próceres y el vehículo en el que se encontraba fue atacado por una bomba activada por sicarios contratados por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo.

En otro desfile realizado el día 6 de octubre de 1981, atentaron contra el presidente egipcio, Anward al-Sadat, quien, a diferencia del presidente venezolano Rómulo Betancourt, sí perdió la vida a raíz de un ataque terrorista que obraba por encargo del grupo anexado a la red de la Jihad Islámica.

Retornando al ámbito latinoamericano tenemos la historia novelesca de los supuestos 638 atentados urdidos que tenían como objetivo al dictador cubano Fidel Castro. Un relato, también de empaque peliculero, son los múltiples atentados que supuestamente se prepararon por enemigos de los cabecillas del chavomadurismo en Venezuela, Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Pero se siguen ejecutando horrorosos atentados que no tienen como diana a mandatarios o a líderes prominentes, sino a seres humanos desconocidos que practican deportes, que acuden a sus centros de estudios, o a cumplir sus jornadas de trabajo; personas que salen a compartir con sus amigos a una cafetería o a un lugar de bailes y terminan siendo estremecidos por una bomba o apagadas sus vidas por ráfagas de disparos.

La historia registra el atentado terrorista del 27 de julio de 1996, que liquidó la vida de una persona y dejó a otras 111 personas gravemente heridas. El blanco fue el Centennial Olympic Park en Atlanta, cuando se desarrollaban los Juegos Olímpicos de Verano y el terrorista estadounidense, Eric Robert Rudolph, un fanático cristiano, cumplía uno de sus 4 ataques en esa misma zona de Georgia, motivado por su animadversión a la homosexualidad y a las propuestas de establecer el aborto.

Los atentados más mortíferos

Todavía sentimos el inmenso dolor que produjo el no menos abominable atentado del 11 de septiembre de 2001, ejecutado por cuatro grupos suicidas adscritos a Al Qaeda que secuestraron un número similar de aviones comerciales que terminaron estrellándose contra las Torres Gemelas de Manhattan. Desde entonces nos cambiaron la manera de vivir por las necesarias medidas de seguridad que limitaban, de alguna manera, la indispensable libertad personal de los viajeros.

Posteriormente se dieron los atentados del 11 de marzo de 2004 en España que hicieron estallar artefactos explosivos en 4 trenes de la red de cercanías de la Comunidad de Madrid con un saldo deplorable de 193 fallecidos y dos mil personas heridas. Los autores fueron miembros de células terroristas de Al Qaeda y miembros de Grupo Islámico Combatiente Marroquí.

El día 13 de noviembre de 2015, las luces de la ciudad de Paris fueron apagadas por el luto que impusieron los atentados terroristas en la localidad de Saint-Denis, hasta donde acudieron los ejecutores, unos suicidas yihadistas, para interrumpir el concierto de Bataclan, al mismo tiempo que disparaban a las personas ubicadas en las terrazas de 5 bares y restaurantes, asesinando a 130 personas y dejando a otras 435 heridas.

Aspiro a que este relato sirva para que seamos conscientes del peligro que nos acecha en medio de esta vorágine en la que asumen roles preponderantes personajes comprometidos con la agenda del mal que, en anteriores entregas, he resumido como la amenaza de las tres «V»: virus, con la secuela que asoma los pebeteros en los que se cocinan las pócimas para desatar guerras bacteriológicas. La violencia de las guerras planificadas por sociópatas que tienen su dedo en el botón para detonar bombas atómicas y los vicios que propulsa el narcotráfico desde los oscuros pasillos de la economía paralela.

* Antonio Ledezma es el alcalde legítimo de Caracas y está exiliado en España.