La terrible realidad venezolana convive con la esperanza
Hay datos que alimentan la esperanza y dan un poco de aliento en Venezuela
Aunque el porvenir inmediato de Venezuela luce aún sumido en la incertidumbre, la terrible realidad de la crisis económica, social y política es abrumadora.
Los salarios congelados en bolívares; el dólar disparado con un incremento del 5 % mensual (27 % acumulado en el primer semestre del año); los servicios públicos colapsados en todo el país y ahora también en el «santuario» que era Caracas; la violencia en todas sus formas (agresiones en la calle, asesinatos, persecución a dirigentes políticos, sindicales y comunitarios, más presos), todo ello aderezado con discursos agresivos llenos de amenazas contra todo el que sea percibido como un disidente por el gobierno.
Una reciente encuesta (Meganálisis, julio 2023), desnuda parte de esa realidad y nos informa que los hogares venezolanos requieren hoy, unos 450 dólares al mes para cubrir necesidades mínimas; una cantidad que la mayoría no puede obtener, ni siquiera juntando los ingresos de cada miembro de la familia, pues el salario mínimo mensual es ahora de 4,06 dólares, y las remesas que recibían como ayuda de sus familiares migrantes, han disminuido en un 50 %.
En Venezuela el 61 % de los hogares han perdido miembros por migración, generalmente jóvenes y mujeres en edad productiva
En términos de expectativas, nos dice que el 94 % de la población aspira a tener un trabajo bien remunerado, que le garantice una remuneración mensual decente y estable, mientras que solo el 3,5 % acepta recibir y vivir por el resto de su vida, de los bonos, planes y ayudas sociales que le otorgue el gobierno.
El 61 % de los hogares informan haber perdido miembros por migración, generalmente jóvenes y mujeres en edad productiva, y que solo el 1,3 % de los migrantes han podido regresar al país.
Entre el 69 % y el 73 % de los encuestados está de acuerdo con la privatización de los servicios públicos, especialmente agua y electricidad, así como de los servicios de telefonía e internet que están en manos del gobierno, y cerca de la mitad, estaría de acuerdo con la privatización de PDVSA.
El 75,8 % cree que existen políticos, empresarios y actores de oposición, que reciben dinero y favores del chavismo para que se mantenga en el poder.
Datos que alimentan la esperanza
No obstante, también hay datos que alimentan la esperanza y dan un poco de aliento.
Por ejemplo, la encuesta nos informa que el 76,1 % de los adultos no votaría por Nicolás Maduro y el chavismo en una elección presidencial y, que de ellos, el 65,4 % votaría por María Corina Machado (MCM) en las primarias.
En valores absolutos, en una elección presidencial, el 33 % votaría por MCM y solo el 11 % lo haría por Maduro.
Finalmente, en el ámbito de las predicciones electorales, más de la mitad (51 %) opina que Maduro ganaría las elecciones en cualquier escenario en el cual el candidato opositor no fuese MCM.
También nos dice que, el 86,2 % de la población opina que el socialismo solo ha traído mal vivir, desesperanzas, separación familiar y pobreza a los venezolanos, mientras que para el 10,5 %, el socialismo ha traído bienestar, esperanzas, unidad y riquezas a los venezolanos.
En otro aspecto, el 69 % cree que los grupos del chavismo son los grupos políticos que actúan con más violencia dentro del país, y el 12 % cree que son los de oposición.
El 52,7 % cree que MCM ha sido inhabilitada por ser de oposición, pero principalmente, porque el chavismo tiene miedo al apoyo popular que ella está consiguiendo; mientras que el 12,5 % piensa que MCM ha sido inhabilitada porque es una mujer corrupta y traidora de la patria.
La gigantesca movilización popular suscitada por las elecciones Primarias de la oposición ha comenzado a actuar como un gran aliciente esperanzador
Como dato interesante, la encuesta establece que 8 Estados de los 24 que conforman el país, (Zulia, Miranda, Carabobo, Distrito Capital, Lara, Bolívar, Aragua y Anzoátegui), reúnen a más de la mitad del total de la población adulta votante (62 %).
Esta información es relevante para efectos de la toma de decisiones respecto a las estrategias de campaña para ambos bandos. Así pues, las cosas no pintan bien para el gobierno.
No solo parece haber perdido su capital social, si tomamos en cuenta las intenciones de voto descritas antes, sino que la enorme crisis económica y social que ha creado está pasando su factura en términos de descontento entre los que antes fueron su soporte popular.
Como si esto fuera poco, la gigantesca movilización popular suscitada por las elecciones Primarias de la oposición ha comenzado a actuar como un gran aliciente esperanzador para la gente, y como una amenaza creíble para el gobierno, a pesar de que aún el panorama no está claro y faltan más de dos meses para su realización.
Parece pues, que se está gestando una gran batalla, quizás la última, para lograr la anhelada transición democrática, tal como está ocurriendo en Argentina, con Patricia Bullrich y Javier Milei contra el kirchnerismo, y quizás, próximamente en Ecuador y Colombia.
Hay, pues, una luz al final del túnel.