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Zoé Valdés
El Debate en América

Nueva telenovela castrocomunista con escenario bélico en Rusia

En la isla, nada se hace sin el consentimiento del Comité Central y de su Junta Militar comunista en el poder

Putin y Miguel Diaz CanelSputnik

Que a estas alturas las agencias de prensa internacionales sólo difundan la versión procastrista y del régimen comunista acerca del envío y presencia de tropas cubanas combatiendo del lado ruso en la guerra de Rusia contra Ucrania apoyándose en las imágenes divulgadas desde el exilio por el influencer Alain Paparazzi Cubano, en calidad de denuncia, debido a lo que el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, se vio obligado a responder, sólo demuestra que estas agencias son, además de inútiles, cómplices del gran engaño castrista.

Que el régimen castrista mantiene siempre dos realidades paralelas no es nuevo para nadie, o no debiera serlo. Ocurrió en la guerra en África, donde enviaron cientos de miles de cubanos, y así y todo lo negaban. Negaron que hubieran ido como combatientes, hasta que no les quedó más remedio que el 7 de diciembre de 1989 tuvieron que mostrar las cajitas mortuorias de restos traídos desde Angola y entregadas en ceremonia militar a miles de familiares que ni siquiera supieron nunca si esos restos correspondían a sus hijos asesinados en una guerra que no les correspondía.

Sucedió también cuando Estados Unidos por fin se dignó a descubrir que el castrismo usaba el narcotráfico y el tráfico de marfiles y diamantes en África debajo de sus propias narices para enriquecer a sus líderes comunistas, también enfrente de su proverbial bobería. Entonces Fidel Castro hizo el paripé de que todo esto se había producido a sus espaldas y después de una larga telenovela de acusaciones y juicios pasada en la televisión cubana mandó a fusilar a sus generales, esos que traficaban bajo sus órdenes, porque en Cuba nada se puede hacer sin las órdenes de los de arriba.

Fusilar, lo que siempre hizo, y todavía hace desde la tumba, mediante su hermano y su sobrino Alejandro Castro Espín, más conocido como 'El Tuerto', del que dicen que perdió un ojo en un entrenamiento militar bajo el protectorado directo nada más y nada menos que de Vladimir Putin.

Circula una foto y una denuncia en las redes sociales contra la mujer militar que, junto a otra rusa o rusas, según varias versiones, se dedicaban ambas a estos menesteres de proponer contratos en Rusia a jóvenes cubanos como albañiles para la construcción o de, captar jóvenes a través de Facebook y WhatsApp, para combatir en esta guerra.

En Cuba nada se puede hacer sin las órdenes de los de arriba

Como todo lo de Cuba, puede que sea cierto, y puede que sí, estas señoras y los diecisiete traficantes que se ha sacado el régimen de debajo de la manga podrían tener sus días contados (las penas van desde 30 años, hasta cadena perpetua y fusilamiento, como podrán ver en los vídeos en el enlace que les puse arriba). Pero lo que sí es más que cierto es que en Cuba nada se hace sin el consentimiento del Comité Central y de su Junta Militar comunista en el poder.

Llevo años advirtiendo, dada la cantidad de jóvenes que llegan a Francia huyendo desde Rusia, que no tomen el camino de Rusia de ninguna forma para huir del castrismo, que fue lo mismo que sucedió en África. En pasados años, la situación era tan difícil para ellos en el interior de la isla bajo el castrismo que preferían irse a morir en una guerra a la que la mayoría fueron enviados engañados.

He visto a jóvenes llegados desde Rusia que una vez en la frontera o aduanas francesas, son detenidos y conducidos a las cárceles francesas, luego deportados (los menos), o no, y cuando les he tenido que buscar abogados y hemos conocido su verdad, el dolor es lacerante. Siempre lo advertí, la vía de Rusia no es la mejor, más bien es la peor, porque es preferible luchar dentro de tu país por tu libertad, que luchar en un país ajeno para convertirte en esclavo o en un muerto anónimo de ese país; desde antes de la guerra, a los jóvenes que llegaban a Rusia huyendo del régimen cubano las autoridades rusas –según sus testimonios– les ofrecían documentación legal a cambio de que integraran el «glorioso» Ejército ruso. En algunos de mis lives en YouTube, desde antes y durante la pandemia del Covid, así lo señalé.

Con Camila Acosta, periodista dentro de Cuba, y con otros periodistas independientes de otras partes del mundo, incluso ucranianos, lo hemos venido conversando desde el inicio de esta guerra, de la posibilidad de que Cuba y Rusia se pusieran de acuerdo en crear un mercado paralelo de tráfico humano para enviar jóvenes cubanos desde la isla a cambio de vaya a saber qué, y no como se ha dicho, por ejemplo en la cadena francesa LCI, ignorando lo que significa salir de la isla con los permisos que sólo el régimen puede entregar y llegar a Rusia con visado para un joven cubano cuya única ofrenda a ese país es su vigor juvenil. Hemos concluido que, llegado el caso de que se vieran descubiertos, tanto Cuba como Rusia harían lo mismo que hicieron en el pasado, fingir que la situación es algo que no tiene nada que ver con estos regímenes, ejemplarizarán con destituciones y fusilamientos si fuera necesario.

Desde el primer día de la invasión rusa a Ucrania el castrismo se ha mantenido cómplice de Vladimir Putin y del país invasor en el conflicto bélico contra Ucrania, lo que se ha podido corroborar ampliamente en sus acciones nacionales e internacionales. El que quiera ahora seguir engañado sabrá a qué atenerse. A los que llegaron tarde a esta situación y se enteran ahora, y también pareciera que ahora fueron ellos los que la descubrieron, reconozcan a los que desde el inicio estamos señalando que no sólo podía ocurrir, sino que además ocurre y seguirá ocurriendo mientras las dos tiranías se nutran y complementen.