La represión como patrón de conducta en Hispanoamérica
Es un resumen probatorio de que los tiranos se reacomodan en ese eje del mal y que tienen las mismas mañas y proceden desprovistos de valores y principios de los que nada saben ni les importan
«Cachiporra, macana y grilletes», es lo que les queda a las dictaduras que siguen reprimiendo a los ciudadanos que en sus respectivos países se resisten a rendirse ante los pies de sus respectivas dictaduras.
En Venezuela, Nicolás Maduro en línea contraria a los compromisos asumidos en las negociaciones celebradas recientemente en la isla de Barbado, en vez de liberar presos políticos, detiene arbitrariamente a otros ciudadanos en este nuevo capítulo, atacando ferozmente al equipo de trabajo que secunda a la lideresa María Corina Machado.
En evidente contradicción con el juramento que consta en documentos rubricados por sus enviados plenipotenciarios a esas mesas de diálogo, Maduro revela su desesperación y turbación ante el crecimiento extraordinario de la opositora María Corina Machado, convertida en la candidata presidencial designada en votaciones populares el pasado 22 de octubre.
Para eclipsar esa hazaña histórica protagonizada por la ciudadanía venezolana, Maduro fraguó un referéndum para que «los venezolanos digan si el territorio Esequibo es nuestro», evento que resultó en un rotundo fracaso que incrementó el estado de abatimiento de Maduro, que busca zafarse de esos compromisos pautados en Barbados y cómo detener el vertiginoso avance de María Corina por la ruta pacífica y electoral de la que pretenden sacarla, vía a la que ella se aferra definitivamente.
Mientras realizábamos una actividad en Plaza Luxemburgo de Bruselas, promovida por la defensora de los derechos humanos, Tamara Sujú, con el concurso de Eurodiputados que apadrinan a presos políticos de muchos países del mundo, nos llegó la noticia de esas nuevas cacerías que representan la persecución política como un patrón de conducta.
De esas fechorías violatorias de los más elementales derechos humanos que encajan en la perpetraron de crimines de lesa humanidad, nos hablaron varios líderes presentes en dicha jornada.
En Nicaragua, nos relata el líder exiliado Félix Maradiaga, que, «al igual que en muchas otras dictaduras del mundo, la detención arbitraria por razones políticas es un grave problema relacionado con una mayor represión contra la libre asociación, la participación política y los movimientos democráticos».
Los autócratas han utilizado la detención arbitraria como un arma para impedir el crecimiento de los movimientos políticos prodemocracia, al poner a sus participantes o líderes en detención.
No solo la detención arbitraria distrae y daña a los movimientos de libertad de expresión y no violencia, sino que también es una violación de los derechos de los detenidos y perjudicial para sus familias y seres queridos.
La pérdida emocional, psicológica e incluso física infligida a individuos, sus familias, sus comunidades y los movimientos democráticos es una clara violación de los derechos humanos.
La detención arbitraria es, en última instancia, un perverso esfuerzo dirigido a dañar a las personas opositoras donde son más vulnerables y someterles también a sus seres queridos, a un dolor extremo e injustificado.
Es una forma de tortura. Resulta alarmante que ese método de represión se ha vuelto común en países como Nicaragua, dónde miles de personas han pasado por las cárceles por razones políticas y donde aún existen más de 100 presos políticos.
Félix Maradiaga es coordinador del Instituto de Liderazgo de la Sociedad Civil, fue uno de los precandidatos presidenciales detenidos el pasado 8 de junio de 2021 por la dictadura de Daniel Ortega.
En Bolivia, según el relato que hizo la joven Carolina Ribera Añez, cuya madre, Jeaninne Añez está sometida a prisión, asegura que «existen más de 250 presos políticos, víctimas de la persecución política, la violación sistemática de sus derechos humanos, en indefensión por ausencia de Estado de derecho en el país».
El régimen que gobierna a la hermana república, siguiendo el modelo venezolano de Maduro, el modelo cubano castrista y el modelo nicaragüense de los Ortega Murillo, abusa del poder para fulminar a la libertad de expresión y la alternancia política, luego del fraude electoral de 2019 ante el cual, el pueblo boliviano se rebeló pacíficamente en defensa de su voto y de la democracia.
A partir de entonces y una vez concluida la Presidencia transitoria de Jeanine Añez, quien asumió la pacificación del país y realizó nuevas elecciones nacionales entregando la Presidencia en noviembre de 2020, el régimen del MAS secuestró, trasladó y encarceló a más de 250 defensores de la democracia, sin derecho a un proceso justo ni a garantías judiciales, separándolos de sus familias y obligados a una detención preventiva indefinida o a auto inculparse para aceptar una condena y así conseguir la libertad.
Hispanoamérica y el mundo deben repudiar a los regímenes que persiguen a sus ciudadanos por sus ideas y criminalizan la política. Basta de persecuciones, liberen a la expresidente Jeanine Añez y a todos los presos políticos, que como ella, son víctimas del totalitarismo del socialismo del siglo XXI.
«Hoy Cuba tiene más de mil presos políticos, muchos de ellos arrestados y sentenciados debido a las protestas del 11 de julio de 2021 los cuales viven en las prisiones del régimen bajo tratos inhumanos, uno de ellos es José Daniel Ferrer, el líder de la UNPACU, el cual ha sido llevado a celda de castigo y en muchos casos ha estado en paradero desconocido».
Así de conmovedora fue la intervención del periodista Víctor Dueñas, fundador del proyecto sociocultural Babel y también integrante de la Plataforma Ciudadana Cuba Libre y fundador de la Fundación NewGeneation.
Victor Dueñas continuó relatando que «a Ferrer, antes de ser arrestado arbitrariamente, llevaba un proyecto social de ayuda a la comunidad con el cual daba alimentación y medicina a los más necesitados, servicio que debieran ser cubierto por Estado; ha sido víctima de abusos y vejaciones a su dignidad en todo este tiempo que ha estado en prisión».
Pero también está Luis Roble, un joven cubano de apenas unos 28 años que fue arrestado por llevar un cartel en la calle pidiendo la libertad de Denis Solís, esto se dice y no se cree: «¡Que te arresten por llevar un cartel!»
Es indispensable consolidar nuestras plataformas de lucha por la libertad y la democracia
Por eso el llamado que hizo en plena Plaza de Luxemburgo, el exilado cubano Víctor Dueñas, activista y comunicador independiente permanece exiliado en Países Bajos desde 2018 a que «no es solamente por la libertad de todos los presos políticos sino también por eliminar la causa por la cual ellos están en prisión, les pedimos que se unan a apoyar a los pueblos de Venezuela, Nicaragua y Cuba para que logremos obtener nuestra libertad y logramos construir nuestro futuro con base al Estado de derecho, pero con ciudadanos libres! Esta es la única garantía que tenemos para que en nuestra región no existan más presos políticos».
Es un resumen probatorio de que los tiranos se reacomodan en ese eje del mal y que tienen las mismas mañas y proceden desprovistos de valores y principios de los que nada saben ni les importan. Para contrarrestar esos abominables procedimientos es indispensable consolidar nuestras plataformas de lucha por la libertad y la democracia, tarea que no tiene fronteras sino la amplitud del compromiso con la conquista de esos objetivos.