Fundado en 1910
Andrés MonteroEl Debate en América

Chile, en la mitad de su calvario

Estos casi dos años de Gobierno de Gabriel Boric han resultado realmente terribles, para la mayoría de los chilenos

El presidente de Chile, Gabriel BoricEFE

La definición coloquial de calvario nos indica una sucesión de adversidades y pesadumbre. Pues bien, Chile en un par de meses atravesará la mitad de su calvario, iniciado el 11 de marzo de 2022, cuando un joven de 36 años procedente de la austral ciudad de Punta Arenas asume la presidencia de la República de Chile. Con 55,87 % de las preferencias, el exdiputado Gabriel Boric, con estudios inconclusos de abogacía, fue elegido en segunda vuelta, frente al también exdiputado de derechas José Antonio Kast.

Estos casi dos años, han resultado realmente terribles, para la mayoría de los chilenos. Al poco tiempo del inicio de su mandato de cuatro años, Boric descendió rápidamente en sus niveles de aprobación, los que se han mantenido estables en los últimos meses, con un apoyo en torno al 30 %. En 22 meses Chile no ha crecido, la inmigración ilegal ha seguido aumentando, los niveles de delincuencia e inseguridad ciudadana son alarmantes y la gestión del Gobierno de ultraizquierda ha sido nefasta. ¿Qué razones explican tanto descalabro?

La principal razón, es que Boric y su equipo de gobierno, no estaban preparados para gobernar. Llegaron al gobierno con prepotencia y con ganas de cambiarlo todo. Con fuerte presencia del partido comunista en el gobierno, se esmeraron primero en lograr la aprobación de un proyecto constitucional, bien llamado «mamarracho», que proponía un Chile nuevo, repleto de consignas y con la intención de desmembrar el país en distintas nacionalidades y en que el Estado aumentaba su importancia. Esa iniciativa fue rechazada de manera abrumadora en un referéndum. Posteriormente se fue adelante con un nuevo proceso, el cual tuvo mayoría de redactores de centro derecha y de derecha, pero también fue rechazado por una mayoría que incluyó derechas e izquierdas extremas. Hoy sigue rigiendo en Chile la Constitución elaborada por eximios juristas bajo el régimen de las Fuerzas Armadas chilenas, la que fue modificada bajo el gobierno del socialista Ricardo Lagos.

Boric ha centrado su mandato en emular la «obra» de Salvador Allende –el peor presidente de la historia de Chile– liderando homenajes al cumplirse 50 años de la fecha del suicidio del marxista presidente. Otro aspecto central del gobierno actual, ha sido incorporar al feminismo en cuanta actividad y proyecto existente. Por ejemplo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile impulsa –día y noche– la política exterior feminista. Tan ocupados han estado en este tema, que el presidente se ha equivocado rotundamente en la nominación de embajadores claves para las relaciones exteriores de Chile. Otra preocupación de Boric, ha sido continuar persiguiendo sin justicia efectiva, a los hoy octogenarios y nonagenarios oficiales de las Fuerzas Armadas, que para la caída de Allende tenían 25 o 30 años.

En paralelo Boric ha indultado criminales, sin hasta la fecha corregir los «supuestos» errores por haber recibido información incompleta. Otra preocupación del joven Boric, ha sido aumentar de manera escandalosa el número de empleados públicos. Los lectores españoles no vayan a pensar que los interesados debían preparar «oposiciones». No, aquí la intención fue y sigue siendo «colocar» a los amigos y compañeros de lucha, independiente de sus capacidades o experiencia previa. Otro aspecto que reviste la mayor gravedad, ha sido el sistemático deterioro del nivel educacional de los chilenos, a la vista en todas las últimas pruebas que miden rendimiento. En efecto, como la exigencia académica o el esfuerzo individual, no forman parte de léxico progre del gobierno, a los alumnos se les exige en la educación pública cada vez menos, además de que el nivel de los profesores es muy malo.

Se debe considerar que desde hace decenios en Chile, el control del Colegio de Profesores está en manos del Partido Comunista. La salud, es otro tema para analizar, pues el gobierno está empeñado en eliminar la salud privada y que el Estado tome control de la salud de los chilenos. En materia de pensiones, el tema no es muy distinto, pues el gobierno está decidido a eliminar las Administradoras de Fondos de Pensiones privadas. En lo referente a obras públicas, no hay nada relevante en puertos, transporte ferroviario, represas o aeropuertos. Hay hospitales públicos en construcción con obras detenidas (Linares, por ejemplo) y el monumental puente sobre el Canal de Chacao, se terminará con unos cuatro años de retraso.

La «permisiología» es otra locura del gobierno actual, cuya ministra de Medio Ambiente, paraliza todo y se enfrenta con otra ministra –la de Obras Públicas– que quiere avanzar más rápido. Hacer empresa en Chile hoy, es muy difícil por muchas razones: aumentan los impuestos, se reduce la jornada laboral, aumentan los costes previsionales de cargo del empleador, teletrabajo ineficiente y fraudulento, normativa medioambiental insoportable, decrecimiento económico, alto coste del crédito, comercio ilegal en todo el territorio, inseguridad en las empresas, aumento exponencial del narcotráfico, desconocimiento e ignorancia de muchos funcionarios públicos de lo significa «hacer empresa» y finalmente no hay aumentos de productividad.

La sensación del chileno común y corriente es de desesperanza y de frustración

¿Qué esperan los chilenos? Que el tiempo pase rápido y que lleguen las elecciones de 2025 para que, en marzo de 2026, asuma un nuevo presidente de la República con experiencia, conocimientos y sentido común. La sensación del chileno común y corriente es de desesperanza y de frustración, por haber votado por un candidato que lidera una pandilla irresponsable que ha dañado profundamente a Chile, no solo con ineficacia, sino también con corrupción descarada y mal uso de los recursos públicos.

El mundo empresarial privado, también tiene un cierto grado de responsabilidad, por haber sido ingenuo y «comprarse» el discurso del diálogo, sin querer entender que los comunistas y los extremistas de izquierda dialogan solo para ganar tiempo. Ellos van por el fin, que no es otro que el poder total al estilo Diaz-Canel, Ortega y Maduro. Los líderes políticos de la oposición chilena no han estado a la altura de las circunstancias y les queda poco tiempo para alcanzar la unidad, si es que quieren llegar nuevamente al poder. Un «outsider» de la política y sin tejado de vidrio, parece ser la mejor opción.