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Andrés Montero
El Debate en américa

Una amenaza en Chile: paguen mejor

Se constata un paralelo con lo que observamos en España, donde los separatistas extorsionan al Gobierno poniendo en riesgo la unidad del Reino

La ministra del trabajo de Chile, la comunista Jeannette Jara, en un reciente foro público con empresarios expresó: «Entonces si realmente quieren que haya inclusión paguen mejor. Respeten más los derechos de las personas. Ese es el rol también de los empresarios. Si las personas no pueden seguir viviendo como están, no les alcanza para vivir». Sus destempladas declaraciones, han generado en Chile un fuerte debate, toda vez que han salido al camino empresarios y economistas afirmando que la ministra ha dejado al descubierto su ignorancia respecto de cómo funciona la economía.

El Gobierno chileno está secuestrado por el Partido Comunista

Los salarios mejoran cuando crece el país y el Estado es eficiente. Ambos requisitos no se dan en el Chile actual. Se le ha recordado a la ministra, cuáles son los salarios en Cuba, donde su economía está destruida por las políticas que ella defiende. Los comunistas proponen aumentos salariales por decreto, sin importarles la eficiencia del Estado, la productividad de los trabajadores y la responsabilidad individual. El Gobierno chileno está secuestrado por el Partido Comunista, con ministros claves en el gabinete de Gabriel Boric.

Más de 100 mil «trabajadores» han ingresado al sector público chileno, aumentando la ineficacia del Estado, pagando favores políticos y sin mecanismos de contratación justos. Aunque Chile aún está lejos de los dramas de países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, preocupan las políticas impulsadas por el Gobierno actual. En efecto, Boric sigue adelante impulsando políticas públicas enfocadas a eliminar la salud privada, la administración de fondos de pensiones privados y la educación privada. Aunque no lo dicen directamente, poco a poco van corriendo el cerco, ahogando con más impuestos y restricciones a quienes quieren emprender en áreas claves de la economía. En cierta medida, se constata un paralelo con lo que observamos en España, donde los separatistas extorsionan al Gobierno poniendo en riesgo la unidad del Reino.

En la reciente visita de Pedro Sánchez a Chile, pudimos ser testigos de la complicidad de ambos mandatarios, por avanzar por rutas en las que el Estado asfixiante es el protagonista, más que la iniciativa individual o la libertad de los ciudadanos para desarrollarse. El Gobierno de Boric, de la mano del comunismo más retrógrado, inicia su cuenta regresiva con menos del 30 % de apoyo, en un país en que la delincuencia y el narcotráfico se han apoderado de los barrios. Simultáneamente, la ONU y sus secuaces interfieren de manera descarada en la políticas públicas chilenas, en vez de ocuparse de Haití, Venezuela, Cuba y Nicaragua, ejemplos de caos, corrupción y muerte.