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Edmundo Gonzalez, candidato de unidad de la oposición venezolana frente al chavismoAFP

Entrevista

Edmundo González Urrutia desborda optimismo frente al chavismo: «El entusiasmo es impresionante»

El candidato de la Plataforma Unitaria encara las elecciones venezolanas frente a Maduro y el chavismo con un fuerte respaldo popular

Edmundo González Urrutia, nació hace 74 años en el estado Aragua, se graduó de Internacional en la Universidad Central de Venezuela y cursó un Máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Washington.

Escritor y autor de varios libros muy críticos sobre la democracia, la paz, las relaciones colombo-venezolanas, Argentina, Brasil y la lucha contra la corrupción, es, además, un político diplomático de carrera vinculado a la democracia cristiana, pero que nunca ha tenido militancia política.

Ocupó cargos en la Dirección General de Política Internacional y en el Comité de Análisis y Planificación Estratégica del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1998.

Anteriormente, de 1991 a 1993, fue embajador en Argelia y a continuación, de 1998 a 2002, sirvió como embajador en Argentina. También actuó como mediador en la incorporación de Venezuela al Mercosur.

Desde 2009 hasta 2015, González Urrutia se destacó como enlace internacional de la Mesa de la Unidad Democrático (MUD) y en 2020 asumió la presidencia de dicho organismo, que ahora lo promueve como el candidato unánime de la oposición democrática a las elecciones presidenciales de 28 de julio contra Maduro.

Aunque es un hombre discreto, sin mucho protagonismo, no es un recién llegado a la política.

Se estrenó en las activas, y algunas veces enconadas, actividades políticas de la vida universitaria de la UCV, especialmente a finales de los años 60 y principio de los 70 y su ininterrumpida batalla por la democracia se corona hoy con su candidatura.

Sus amigos lo describen como un hombre apacible, sereno, inconmovible, reflexivo, moderado y serio, pero también es un hombre recio, duro, formado en las más adversas circunstancias, a quien las situaciones difíciles no lo amilanan.

–Su reciente mensaje de convivencia supone coexistir con los poderes públicos actuales, esperar a la toma de posesión hasta que se elijan los nuevos miembros de la Asamblea Nacional, un proceso de por lo menos un año. ¿Cree que eso es posible sin una negociación previa con el gobierno de Maduro para la transición democrática?

–Por supuesto que habrá que establecer un acuerdo de convivencia, aunque quizás es todavía temprano para eso. Pero una vez que haya resultado electo, y con el apoyo mayoritario de nuestro pueblo, estoy convencido de que la realidad y las circunstancias harán posible tal acuerdo, el cual podría incluir el adelanto de la toma de posesión, la situación de los presos políticos y otros aspectos.

–¿Qué opina del proceso por el cual movimientos que se han enfrentado a la Plataforma Unitaria y a María Corina, ahora muestran interés en incorporarse en apoyo a su candidatura? Me refiero al Movimiento Por Venezuela, (de centro izquierda), al chavismo disidente de Maduro y hasta al movimiento REDES del exalcalde mayor de Caracas y consentido de Chávez.

–Yo he hablado de un gobierno de concertación y unidad nacional, de modo que todas esas expresiones que quieren sumarse a esta candidatura serán bien recibidas, esas y muchas otras que vendrán para construir un país distinto y reconstruir la democracia. El entusiasmo que se ha despertado es real e impresionante y lo vemos todos los días en las calles. Eso es hermoso.

–¿Qué le diría al gobierno de Sánchez en España sobre la situación venezolana y a la UE de Borrell?

–A España y a la UE, que han sido solidarios con Venezuela, en términos generales, habría que decirles que nosotros, cuando lleguemos a ser gobierno, aspiramos a mantener una relación fluida con la justicia y los valores comunes que compartimos en términos de democracia, de respeto por los derechos humanos y que eso se traduce en una relación de afecto, de promoción de inversiones, de comercio y eso es lo que aspiramos a mantener.

–Dada la gran influencia de Estados Unidos sobre la política venezolana, ¿cuál sería su preferencia entre Biden y Trump, a los efectos del avance de la transición democrática en Venezuela?

–La verdad es que Estados Unidos no ha tenido, en general, a Iberoamérica y el Caribe, y en particular a Venezuela, en el radar de prioridades de su política exterior. Por eso, que sea uno u otro, es cuestión de acentos y matices o énfasis, pero en el fondo yo no veo mayores diferencias. No obstante, uno puede inferir que, teóricamente, estaríamos más cercanos a un gobierno Demócrata que a un gobierno Republicano, pues así ha sido históricamente.

Así que nos corresponde ahora seguir construyendo, con el valioso apoyo de los aliados internacionales y con la fuerza de este gran movimiento popular que se ha despertado con el liderazgo de María Corina Machado, la posibilidad real de llegar a puerto seguro, haciendo del 28J otra señal histórica por nuestra libertad e independencia, pues Edmundo González Urrutia encarna hoy la conciencia del venezolano y por ello, vale el amor y la vida.