El efecto submarino puede provocar lesiones internas y hasta fracturas de piernaDGT / RACC y Mapfre

Cómo evitar el efecto submarino: la amenaza al volante que te puede partir las piernas

La DGT ha advertido en numerosas ocasiones del peligro que supone cubrir los asientos o no colocar correctamente el cinturón de seguridad

Aunque parecen detalles menores, la inclinación del asiento, la altura a la que colocamos el cinturón de seguridad o el estado del habitáculo juegan un papel fundamental en nuestra seguridad al volante. Si no se hacen bien las cosas, en caso de accidente o de frenazo brusco puede producirse el llamado «efecto submarino», una situación que puede provocar lesiones graves o, incluso, fracturas en las piernas.

En su guía sobre el uso correcto del cinturón de seguridad, la Dirección General de Tráfico (DGT) pone mucho empeño en cuidar la altura y la tensión del mismo. Entre sus consejos básicos están no poner pinzas que condicionen su recorrido, comprobar su funcionamiento o no conducir con ropa voluminosa (tipo plumas).

Sin embargo, hay un evento sobre el que pone especial atención, y es el llamado «efecto submarino». Este efecto se produce cuando el conductor resbala por la base del asiento, exponiéndose a que el cinturón le roce el cuello o la cara y, lo que puede ser peor, las piernas choquen contra la parte baja del habitáculo, produciéndose fracturas.

«El efecto submarino consiste en que el cuerpo, si no está bien sujeto por el cinturón, presiona el asiento hacia abajo y llega a deslizarse por debajo de la banda abdominal del cinturón de seguridad», explica la DGT. «Para evitar el efecto submarino debes colocar bien el cinturón y sentarte correctamente, siendo aconsejable no añadir ningún complemento al asiento.

Cómo colocar el cinturón

Para evitar el efecto submarino lo que se recomienda básicamente es: colocar bien el asiento, colocar bien el cinturón de seguridad y, por último, no cubrir el sillón con ningún tipo de toalla, tela o similares. Esto último es una práctica más o menos frecuente cuando el conductor tiene el pantalón mojado (porque viene de la playa o de la nieve) y opta por colocar una toalla o impermeable para no empapar el asiento y estropear la tapicería.

Fuente: DGT, RACC y Mapfre

Sobre el asiento, la DGT recomienda que su inclinación sea de unos 100-110 grados. También aconseja que esté a una altura adecuada y a una distancia del volante que nos permita tener la rodilla semiflexionada cuando pisamos el embrague. Idéntico esmero debemos tener cuando ajustemos el el cinturón de seguridad.

«Imagina que vuelves de la playa con el bañador mojado y tienes que coger el coche. ¿Qué es lo primero que harás?», escribe la DGT en su página web. «Probablemente colocarías la toalla en el asiento para no mojarlo. Es lo que haces siempre y no ves ningún peligro en ello, pero con esa toalla estás facilitando que se produzca el efecto submarino».

DGT

«Cuando colocas una toalla o cualquier complemento de los que venden para los asientos (como aislantes de bolas, riñoneras, almohadones...) –advierte la DGT– estás aumentando la probabilidad de que se dé el efecto submarino, ya que estos elementos pueden hacer perder eficacia al cinturón y alteran la estructura del asiento y su capacidad de retención».

Esta situación es peligrosa por varias razones. Primero, porque permite que el cuerpo continúe su movimiento hacia adelante y, por ello, «aumenta el riesgo de chocar contra el volante o el salpicadero». En segundo lugar, porque pone en riesgo las partes blandas del abdomen, lo que puede provocar lesiones internas. Y en tercer lugar, apunta la DGT, porque el «deslizamiento del cuerpo puede hacer que te estrelles contra la parte baja del habitáculo sufriendo graves lesiones (sobre todo fracturas en las piernas)».