Dos agentes en funciones de patrulla.

Control del tráfico

Cuatro mentiras en torno a las furgonetas blancas de la DGT y cómo nos multan

A falta de confirmación oficial la flota de furgonetas de vigilancia está entre 15 y 20 unidades

Drones, helicópteros, motocicletas, coches patrulla, coches camuflados… y ahora furgonetas blancas. La DGT cuenta con un verdadero arsenal de vehículos controlados por la Guardia Civil de Tráfico con los que vigilan las carreteras y nos vigilan a los conductores.

Estos vehículos están envueltos en un halo de mentiras y medias verdades, pues ni son nuevas ni son blancas ni existe posibilidad de descubrirlas por su matrícula.

Primera mentira

Para empezar, el término de nuevas hacen referencia a que este año han incrementado su presencia en las carreteras en labor de vigilancia de forma importante. Pero llevan en servicio desde 2020 cuando empezamos a ver las primeras en las carreteras.

La segunda de las mentiras que las rodean es que sean blancas, aunque las conocemos así porque cuando entraron en funcionamiento en 2020 sí eran todas de este color. Lo cierto es que a día de hoy las hay azules, negras e incluso plateadas. Se habla de entre 15 y 20 unidades en funcionamiento, aunque no existe confirmación por fuentes oficiales. Respecto a los modelos, hemos constatado que hay Ford Transit, Renault Master, Mercedes Vito y Fiat Scudo.

No sirve de nada mirar la matrícula

La tercera mentira hace referencia a que sea posible distinguirlas por su matrícula al incluir las letras PGC (Parque Guardia Civil). La realidad es que sólo algunas de las unidades en funcionamiento incluyen estas letras, mientras que otras están camufladas tras matrículas convencionales.

Así es cómo multan las furgonetas camufladas de la Dirección General de TráficoJosé Ramón Pérez

Por último, la mayor de las mentiras es que no llevan radares de velocidad a bordo, pues hemos sido testigos de cómo se sitúan al pie de carreteras nacionales con las puertas de carga abiertas y el trípode en el interior, simulando ser un vehículo averiado para no levantar sospechas, lo que las hace prácticamente indetectables.

De esta forma multan en los dos sentidos y dan aviso a una patrulla que está situada unos cientos de metros más adelante.

Difíciles de identificar

La realidad es que la única forma de identificarlas es por las antenas adicionales de comunicaciones que llevan en el techo, pero de difícil visión porque están muy altas, y por los agentes de uniforme que ocupan las plazas delanteras.

Pues como nos confirman desde la DGT los agentes nunca viajan y, mucho menos multan, desde las plazas traseras.

Inicialmente eran blancas, pero ahora las hay azules, platas y negras.

A día de hoy se trata de una de las armas más eficaces de la DGT, pues es el vehículo perfecto al pasar completamente desapercibido en la carretera y permite a los guardias civiles en el interior disponer de un punto de vista elevado que les permite ver las infracciones con toda claridad.