Jaguar
Así es el coche fúnebre que la Reina Isabel II hizo construir para su último viaje
Tras un largo periplo marcado por los detalles, las tradiciones y el protocolo, los restos de la Reina Isabel II hicieron su último viaje a bordo de un Jaguar XJ
Finalmente, los restos de la Reina Isabel II descansan ya en la Capilla de San Jorge, junto al Castillo de Windsor. Allí, reposarán junto a otros 10 monarcas y siete consortes.
Han sido 10 días de velatorio y viaje real desde el Palacio de Balmoral, donde falleció, en Edimburgo, hasta el Castillo de Windsor, en Londres, pasando por Buckingham Palace.
Por tierra y aire
Entre medias, un viaje en un Boeing C17 de la RAF británica y diversos coches fúnebres, incluidos dos armones (carros de transporte de munición) de artillería.
La Reina Isabel II realizó este lunes su último viaje: el que la trasladó desde el Palacio de Buckingham hasta la Capilla de San Jorge y lo hizo a bordo de un coche fúnebre muy especial. Un Jaguar XJ transformado por Wilcox Limousines.
Se trata de un vehículo que ya forma parte del parque móvil de la corona inglesa. Un coche estrenado para la ocasión y con una historia muy curiosa detrás.
Para su creación, la Casa Real británica se puso en contacto con Jaguar Land Rover, principal proveedor de coches en la Familia Real. Lógicamente, Jaguar fue la marca elegida por ser más señorial que Land Rover. Además, es la única que fabrica una berlina que puede transformarse en coche fúnebre.
Con el plácet real
En este caso contaron con el beneplácito de la Reina, que dio el visto bueno a este Jaguar XJ. Una transformación que tiene poco que ver con el original.
Se conserva la zona de la cabina, mientras que para realizar la zona posterior se ha alargado la carrocería y se ha cubierto casi por completo de cristal. Un deseo personal de la Reina para que los ciudadanos británicos pudieran darle su último adiós.
Por supuesto, el color es el granate Royal Claret. Se trata del tono elegido por la corona para todos los vehículos de representación de la Casa Real británica. Los laterales de la carrocería tienen el escudo personal de la reina, mientras que en el capó está una escultura que representa a San Jorge luchando con el dragón. Se trata de una escultura hecha a mano en plata por el taller de fundición AE Lejeune, que trabaja para la Casa Real desde 1910.