Coche eléctrico
Placas solares en el techo del coche: por qué hace tiempo que dejaron de usarse
Los fabricantes trabajan con las ideas más inverosímiles para reducir el consumo y ampliar la autonomía de sus coches eléctricos
La electrificación camina a pasos agigantados en el automóvil europeo, aunque cada día hay más muestras de que sus cimientos no son todavía lo suficientemente firmes y puede venirse abajo en cualquier momento.
Cuando hablamos de cimientos nos referimos básicamente a la red de recarga, escasa y de baja efectividad, una red de la que nadie quiere hacerse cargo, ni los propios fabricantes de coches ni mucho menos las empresas eléctricas. Dos protagonistas que miran hacia 'papá Estado' a ver si saca la cartera y financia una red de cargadores que apunta a que será deficitaria, tal y como ha ocurrido en países como Noruega.
Objetivo: autonomía
En este contexto los fabricantes de automóviles van dejando de lado soluciones que hace solo unos años parecían tener futuro por delante. Es el caso de las carrocerías con placas solares, lo que llevado al extremo sería el coche movido al 100 % por energía solar.
La idea de poner placas solares en el techo del coche no es nueva, ya en los años 60 hubo prototipos de coches solares, aunque su baja eficiencia y alto coste hizo desecharlos por completo.
Ya en los años 2000 fueron varios los fabricantes europeos que comercializaron coches de lujo con placas solares en el techo. Por ejemplo el Audi A8 llevaba un panel en el espacio reservado al techo solar, lo que anulaba la funcionalidad del mismo. En este caso la energía 'ganada' por el panel solar se usaba para mantener más fresco el coche cuando estaba aparcado al sol.
En esos mismos años Mercedes lanzó un Clase E con techo solar cuya electricidad se empleaba para alimentar determinados órganos del vehículo como la radio o los elevalunas.
Carga solar
La idea sigue presente en la cartera de soluciones de los fabricantes, que puntualmente la vuelven a aplicar como en el caso del Toyota Prius Solar, una versión del popular Prius con un techo con plazas solares que promete ampliar la autonomía un kilómetro por cada hora que el coche permanezca al sol.
Mercedes prepara también el EQXX, el que promete ser el coche eléctrico con más autonomía del mercado, por encima de los 1.000 kilómetros, que cuenta con placas solares para cargar durante el trayecto.
Una vez más la energía producida por los paneles no se emplea para mover el coche, sino que alimenta determinados órganos eléctricos, lo que permite descargar de parte de su trabajo a la batería 'grande' y reducir el consumo de electricidad, así se amplía la autonomía.
Una idea que no cuaja
Se trata de una solución que no se ha generalizado por varias razones. Por un lado la influencia del clima es clave, no tiene nada que ver las horas de sol que recibe el coche en España o en Suecia, país en el que prácticamente no serviría de nada.
Por otro lado el rendimiento de cada hora de sol es realmente escaso, diferentes cálculos hablan de que para rellenar la batería de un coche eléctrico con un techo con placas solares el vehículo debería permanecer al sol sin moverse más de una semana, suponiendo que no hubiera noche, una realidad que por el momento no tiene cabida dentro del funcionamiento de los automóviles eléctricos actuales.