Infracción
La minúscula luz roja por la que la Guardia Civil supo que un conductor escondía un inhibidor de radar
La multa por llevar instalados dispositivos de este tipo es de 6.000 euros y seis puntos del carnet
Desde la aprobación de la última Ley de Tráfico en marzo del año pasado la DGT ha pasado a perseguir de forma muy severa la instalación de detectores de radares y de inhibidores de radar por parte de los conductores.
Hace ya dos décadas que se inició una verdadera guerra electrónica entre algunos conductores y la Guardia Civil. Los primeros instalaban dispositivos cada vez más sofisticados que no sólo detectaban la presencia de radares de la policía para frenar y que no les multaran, sino que llegaban a montar equipos que interferirán la frecuencia de las ondas e infrarrojos de los equipos para que no pudieran medir la velocidad real a la que circulaban.
Inflexibles
Son precisamente estos últimos dispositivos los que persigue con extremada dureza la policía y Guardia Civil, con multas que pueden llegar a los 6.000 euros y seis puntos del carnet en caso de que detecten a un conductor con uno instalado. El infractor además está obligado a denunciar dónde le han instalado el equipo, pues el taller será también multado con hasta 30.000 euros de sanción.
Los simples detectores de radar están castigados con 200 euros de multa y tres puntos del carnet de conducir, pues no interfieren en la señal de los instrumentos de medición de la policía, simplemente anticipan su presencia.
Conducción sospechosa
Recientemente la Guardia Civil llevó a cabo un operativo que le permitió descubrir un coche que llevaba oculto un inhibidor de frecuencias. Ocurrió en la autopista A-231 que une León y Burgos, en este caso el conductor de un coche de elevada potencia realizó una frenada muy sospechosa cuando iba a rebasar un coche patrulla camuflado dotado de radar móvil, por lo que los agentes procedieron a darle el alto .
En una inspección rutinaria del vehículo detectaron la presencia de un sospechoso led rojo en el salpicadero que parpadeaba al detectar las ondas del cinemómetro de la Benemérita.
El pequeño led
El resto fue fácil. El dispositivo estaba compuesta por una pequeña caja de control colocada a la altura de la rodilla izquierda del conductor, mientras que oculto tras el paragolpes descubrieron la potente antena que utilizan estos aparatos.
Los agentes levantaron acta de lo ocurrido y obligaron al conductor a ir sobre la marcha hasta un taller de la zona para que desmontara el equipo y pudiera determinar si se trataba de un inhibidor o de un simple detector. Así hizo el propietario, que además de pagar la factura por el desmontaje tendrá que hacer frente a los 6.000 euros de sanción y a los seis puntos de multa.