Vigilancia
Los cazas del aire de la DGT: así funciona la temida Unidad de Medios Aéreos
Son los Top Gun de la DGT. Los medios aéreos que se han convertido en sus ojos en el cielo para controlar el tráfico y multar cualquier infracción sin ser vistos
La Unidad de Medios Aéreos (UMA) de la DGT es, sin duda, una de las más temidas por los conductores. Son los ojos de la DGT en el cielo y son capaces de vigilar a los conductores sin ni siquiera ser vistos.
Se trata de una unidad que aglutina todos los medios que tienen como misión la vigilancia del tráfico desde el aire. Actualmente disponen de dos tipos de aparatos, los drones y los helicópteros con cámara. Estos últimos son conocidos como Pegasus por el nombre de la famosa bola de vigilancia que llevan en uno de sus patines y que contiene las cámaras y el velocímetro.
Mosquitos en el aire
Si nos centramos en los primeros, la DGT dispone actualmente de unos 40 drones. El modelo más popular es el Thyra V109, que pesa 6,2 kilogramos. Este tipo de aparatos son manejados siempre por dos personas, que pueden ser guardias civiles o simples funcionarios de la DGT con la habilitación necesaria para ello. Uno se encarga de pilotar el aparato, mientras el segundo maneja la cámara para multar.
Aún hay algunas lagunas sobre su funcionamiento. Por un lado jamás multan excesos de velocidad, pues por el momento no llevan velocímetro, y por otro ellos no multan directamente, sino que mandan la foto hasta la sede de procesado de multas de León, que es donde mandan las sanciones.
No miden velocidad
También es cierto que si el equipo se acompaña de un Guardia Civil, este sí podría multar en el sitio. Vuelan a una altura de 120 metros y su radio de acción está entre uno y dos kilómetros, aunque los pilotos deben manejarlos siempre en visual. Su autonomía de vuelo ronda los 40 minutos. Al ser eléctricos tienen baterías recargables.
Los helicópteros Pegasus son el segundo de los instrumentos de vigilancia con que cuenta. Recientemente saltaron a la actualidad tras el accidente que sufrió una unidad en Madrid. Se trata de helicópteros fácilmente reconocibles por sus colores amarillo y azul y por la bola de cámaras que llevan en un patín.
Helicóptero Pegasus
En el interior van siempre dos personas, el piloto y el operador de cámara. Ambos son funcionarios, no guardias civiles, por lo que se limitan a mandar las sanciones al centro de procesado de multas de León.
En este momento la DGT cuenta con 12 o 13 unidades, pues pese a haber perdido uno hay fotos que atestiguan que ya ha recibido relevo. Pueden grabar infracciones a más de un kilómetro de distancia, con unas cámaras de alta definición que permiten distinguir detalles como si algún ocupante del coche no lleva cinturón de seguridad.
Sus mayores enemigos son el mal tiempo –pues les impide volar– y la autonomía, pues su consumo es de 450 litros de queroseno por hora y tienen un depósito de menos de 700 litros, lo que les permite volar dos horas como máximo.
Son capaces de medir excesos de velocidad entre 80 y 350 kilómetros/hora, pero deben poder fijar el objetivo durante 10 segundos, uno de sus mayores problemas. Entre sus últimos logros está superar las 20.000 multas al año.