Sanciones
Las multas que la DGT obliga a pagar en el acto
Aunque no es tan conocido, hay determinadas ocasiones en las que la DGT exige el pago de las multas antes de dejarnos seguir viaje
A día de hoy los conductores recurren menos de la mitad de las multas que pone cada año la Dirección General de Tráfico, una verdadera pena porque según datos de Automovilistas Europeos Asociados más de la mitad de los recursos que recibe la DGT o los organismos competentes llegan a buen puerto, siendo anuladas en muchos casos.
Tanto los recursos y pliegos de descargo como las dificultades para cobrar las sanciones a determinados conductores son algunas de las mayores dificultades con las que se encuentra la DGT a la hora de tramitar los expedientes de tráfico, un problema que se traduce en importantes gastos para el organismo que dirige Pere Navarro.
Dificultades para cobrar
Esta situación se torna especialmente complicada en los casos de los conductores extranjeros que residen en otros países, pues hasta hace relativamente poco no había acuerdos que permitieran perseguir el pago de multas ni siquiera entre los países miembros de la Unión Europea.
Una reciente reunión de los responsables de la recaudación por multas de los países miembros de la UE va a facilitar mucho el trámite de los expedientes para perseguir a los infractores fuera de las fronteras. Este procedimiento se centra de momento en infracciones especialmente graves que tengan que ver con excesos de velocidad, alcoholemia o incluso con saltarse semáforos.
Identificación dentro de la UE
La directiva europea incluye la posibilidad de hacer efectiva la retirada de puntos e incluso la retirada del carnet de conducir.
Lo cierto es que hasta ahora la DGT exigía a los conductores extranjeros pagar sus sanciones en efectivo o con tarjeta de crédito a los propios agentes de la Guardia Civil. Para ello los coches patrulla de la Agrupación de Tráfico disponen de datáfono.
De acuerdo con la ley de tráfico, los ciudadanos españoles también pueden abonar la multa en el momento de ser sancionados, pero no en efectivo, pues una directiva de la DGT eliminó esa posibilidad en 2013, por lo que debe realizarse obligatoriamente con tarjeta de crédito, lo que permite acogerse al descuento por pronto pago.