Aniversario

Nacimiento, muerte y resurrección del «príncipe que murió rey»: 50 años del adiós al Seat 600

Pocos coches han jugado un papel tan importante en la historia de un país como el 600, un automóvil que trascendió lo mecánico y al que hoy se rinde pleitesía en los mercados de segunda mano

Pelotilla, Seílla, Seíta, Ombligo, Seiscientos, Mirabragas… Un día como hoy hace 50 años, el 3 de agosto de 1973, veía la luz la última unidad del Seat 600, un modelo que nació fruto de la necesidad de industrializar un país que miraba al horizonte con ilusión y murió con la satisfacción del deber cumplido tras motorizar 800.000 hogares españoles.

La producción del 600 comenzó en la factoría de Seat en Barcelona el 17 de junio de 1957. La primera unidad fue vendida por un taller de Barcelona el 8 de julio de 1957 con la matrícula capicúa B-141.141, daba así comienzo uno de los mayores fenómenos automovilísticos que ha vivido España en toda su historia.

Historia de España

Con un precio de venta de 65.000 pesetas de la época, poco más de 390 euros, Seat pidió la licencia de producción de este modelo a Fiat, pues salvo la carrocería, el resto de la mecánica era prácticamente la misma del Fiat 600. Ayudado por ser la única opción de compra de las familias de la época, el 600 se convirtió en breve en una verdadera fiebre para los hogares que pudieran permitírselo, lo que provocó las inevitables listas de espera que llegaron a superar el año.

Durante sus 16 años de vida existieron fundamentalmente cuatro evoluciones del coche, la primera fue conocida como N (normal), tenía 21 caballos y sólo alcanzaba los 95 kilómetros/hora, aunque algunos preparadores de la época lo llevaban a volar a 100 kilómetros/hora.

Cuartro versiones

La segunda generación de 1963, D, ganaba cuatro caballos, lo que le permitía oficializar los 108 kilómetros a la hora, un verdadero logro entonces.

En 1969 el Seat 600 se puso guapo con la versión E, con modificaciones en su diseño que afectaron fundamentalmente a los faros, con un cerco cromado sobredimensionado, quizá una de sus estáticas más populares en la actualidad.

El Seat 600 se ponía guapo en esta versión E

El ‘lujo’ llegaría al modelo en 1972 con el L Especial, un año antes de su muerte comercial, con detalles de equipamiento como la luneta térmica y nuevos tapizados interiores. Subía su potencia además hasta los 29 caballos y alcanzaba los 129 kilómetros/hora.

Se cumplen los cinco décadas de la salida fabricación de la última unidad del querido pelotilla, un coche que llegó a ser carne de desguace en los años 90, en los que perdió su valor real de mercado por completo, pero que ahora ha resucitado de la mano de coleccionistas y nostálgicos en general que pagan por una unidad en buen estado entre los 5.000 y los 10.000 euros en función del acabado y la rareza.

Por qué el mirabragas

Difícil terminar hablando del 600 sin citar alguna de sus miles de curiosidades y anécdotas, en este caso su apodo de Mirabragas le vino dado porque las primeras versiones N y D tenían puertas invertidas, lo que obligaba a las mujeres con falda a realizar una maniobra un poco complicada para sentarse con decoro.

En su época era conocido como el Mirabragas

Por cierto, los trabajadores de la línea de montaje firmaron una de las puertas de la última unidad con la leyenda que titula este reportaje: «naciste príncipe y mueres rey».