Dos euros por litro: la profecía que anticipa que el precio de los combustibles se va a disparar este invierno

La demanda estacional ha hecho de las suyas y ha disparado el precio de los combustibles. ¿Hasta cuánto puede seguir subiendo el litro?

Con el precio de la gasolina camino de los 1,80 euros por litro y el del gasóleo camino de los 1,70 euros, estamos ahora mismo en una barrera de precios desconocida desde hace meses.

De hecho, en unas circunstancias similares en marzo del año pasado el Ejecutivo de Pedro Sánchez aprobó entonces la puesta en funcionamiento del descuento de 20 céntimos por litro.

¿20 céntimos litro?

Ahora, con el Gobierno en funciones, es absolutamente descartable una ayuda similar, entre otras cosas porque las arcas del Estado no están para alegrías y porque el año pasado el IPC estaba disparado en torno al 10 %, mientras que en 2023 la situación está mucho más contenida con un IPC del 2,6 % a finales de agosto.

El año pasado la medida le costó al Gobierno 6.000 millones de euros, y aunque se vendió como una medida social, realmente fue una estrategia para contener la inflación.

Expertos en la evolución de precios de los carburantes hablan ya de una situación que poco o nada tiene que ver con la del año pasado, cuando la incertidumbre por la guerra de Ucrania y una posible crisis de escasez energética provocó que los países rellenaran sus reservas estratégicas hasta los topes de cara a la inminente entrada del invierno, algo que no está ocurriendo en la actualidad.

Crisis energética

La actual subida de precios de los combustibles se debe a dos circunstancias. Por un lado está el incremento de la demanda de carburante propio del verano y que hace subir siempre los precios. Se trata de la demanda estacional.

Algo que se da por hecho y se comenta con cierta ironía en los corrillos veraniegos: la desfachatez con la que se hinchan los precios de los combustibles de cara al verano cada año. Se trata de una situación que puede alterar el precio del carburante hasta un 10 %.

La segunda de las causas hay que buscarla en la reducción en la producción de petróleo que anunció Arabia Saudí en primavera.

Ante la escasez de petróleo ruso por el embargo al que somete la Unión Europea a los productos del país de los zares, los países árabes (OPEP) reclamaron su cuota de protagonismo internacional con esta reducción de la producción.

Embargo ruso

Esto ha provocado que el precio del barril haya subido en torno a un 15 % desde primavera. No debería subir más, pues según anticiparon en la OPEP la reducción de producción duraría sólo hasta finales de agosto.

En este momento se producen diariamente 101 millones de barriles para una demanda de 102 millones de barriles, con precio en torno a los 90 euros.

La previsible mejora en la producción de petróleo de la OPEP, junto a la llegada del final del verano, anticipan un panorama relajado de precios de aquí a final de año. En el peor de los casos podría mantenerse la situación actual de cara al invierno si todo se desarrolla conforme a lo previsto.