Los eléctricos también contaminan la atmósfera y el medio ambiente

Polución

Las emisiones ocultas de los coches eléctricos de las que nadie habla y que Bruselas quiere meter en cintura

Más allá de los tubos de escape, los automóviles emiten otras sustancia contaminante que va a ser objeto de restricciones por la normativa Euro VII

La electrificación del automóvil sigue por su camino de manera lenta pero imparable. Mes a mes las ventas de coches electrificados, ya sea eléctricos puros o híbridos enchufables van subiendo, y por primera vez en España las matriculaciones de coches eléctricos puros superan ligeramente a las de híbridos enchufables.

Según las estadísticas de ANFAC, en el mes de agosto se matricularon 3.745 coches eléctricos frente a 3.403 híbridos enchufables, lo que supone un 7 % del mercado.

Más eléctricos que híbridos

Se trata de una tendencia que ya se daba en el resto de Europa, mientras España era el único país en el que las ventas de híbridos enchufables subían frente a las de eléctricos. Detrás de este fenómeno se habla de las emisiones contaminantes de los coches de combustión, pero poco o nada se cuantifica las emisiones reales de los coches eléctricos.

Las emisiones de los neumáticos son mucho más preocupantes de lo que parece

A raíz del escándalo del dieselgate se criminalizó a los coches de combustión, que viven una lenta agonía penalizados por las emisiones contaminantes de sus motores.

Hablar de contaminación a día de hoy es hablar de tubos de escape, pero existe otro tipo de emisiones menos conocidas y que más allá de los coches de combustión también afectan a los coches eléctricos, vehículos que hasta ahora eran vistos como cero emisiones. Y en este caso no entramos en las emisiones que produce la fabricación de las baterías.

La polémica Euro VII

La nueva legislación Euro VII que entrará en funcionamiento en julio de 2025 afecta de lleno a los coches eléctricos, pues exige una reducción de las emisiones contaminantes de los neumáticos y las pastillas de freno.

Los neumáticos son grandes productores de micropartículas plásticas altamente contaminantes, unas emisiones que de acuerdo con un estudio británico serían 2.000 veces superiores a las que producen los tubos de escape de los coches de combustible.

Los restos de neumático se acumulan sobre el asfalto e incluso flotan en la atmósfera

De acuerdo con el citado estudio, cada año se liberan a la atmósfera más de 300.000 toneladas de caucho de neumáticos en el Reino Unido y los Estados Unidos.

Muy cancerígenas

Estas partículas de neumático son altamente cancerígenas y al tener un diámetro inferior a los 23 nanómetros son volátiles, además de acumularse en el asfalto también acaban en el aire y en el agua. Una vez dentro del un ser vivo, debido a su reducido tamaño llegan hasta el torrente sanguíneo, uno de sus mayores peligros.

Michelin ha declarado recientemente que no tendrán problemas en cumplir con los nuevos límites que marca la Euro VII, aunque supondrá un incremento en el precio de los neumáticos.

La marca de neumáticos francesa indica también que un coche calzado con neumáticos Michelin emite 1,6 kilos de partículas al año para una media de unos 27.000 kilómetros, cifra que se dispara entre 6 y 8 kilos en caso de otros fabricantes de segunda división.

La etiqueta medioambiental de los neumáticos será clave

La Unión Europea tiene previsto realizar un gran estudio a lo largo de 2024 para fijar los valores definitivos de emisiones que pueden declarar los neumáticos, información que quedará contenida en la etiqueta medioambiental con la que ya cuentan las gomas.

A por los eléctricos

Esta medida afecta de lleno a los coche eléctricos, pues su elevado peso y el extraordinario par motor provocan que consuman neumático con extremada facilidad, de hecho los neumáticos de los coches eléctricos pertenecen a familias especiales para vehículos de peso elevado, por lo que están reforzados.

La clave está en la reducción de la resistencia a la rodadura, cualidad que permite reducir el consumo, aumentar la autonomía de los coches eléctricos y en definitiva reducir las emisiones contaminantes.

Los eléctricos son más silenciosos, pero lo serán aún más

La Unión Europea también pretende abrir el aspecto de la sonoridad, con una nueva regulación que reduzca el ruido que provocan los neumáticos al rozar contra el suelo, uno de los pocos sonidos que percibimos al circular con un coche eléctrico.

Diferentes estudios concluyen que estas medidas de reducción de emisiones podrían tener una incidencia entre 20 o 30 euros por neumático una vez puestos en el mercado.