Carburante
La mentira de los combustibles sintéticos: caros y escasos, no son una solución para los coches de gasolina
Nos los venden como la solución para alargar la vida de los coches gasolina y diésel, pero realmente las marcas lo usan como argumento de marketing para que sigamos comprando coches de combustible
Hace ya años que Europa escribió una hoja de ruta para el automóvil que haría palidecer a mismísimo Henry Ford. A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría anunciar la muerte de los coches de combustible quince años antes de que ocurra, tal y como hizo Bruselas en 2021, firmando su sentencia de defunción y anunciando la llegada de la era de la electrificación.
Apenas salíamos del confinamiento por la Covid cuando la Unión Europea adelantaba que las ventas de coches de combustible estarían prohibidas a partir de 2035, año a partir del cual tan sólo se permitiría la comercialización de coches eléctricos.
¿Nueva era?
La directiva cayó como un jarro de agua fría sobre los planes de producto de los fabricantes, que trataron de revolverse anunciando nuevas bajadas de emisiones, con el objetivo de las cero emisiones en el punto de mira, algo que llegaron a admitir que sería posible gracias a los combustibles sintéticos.
En aquel momento nadie recogió el guante, salvo unas pocas marcas, especialmente Porsche, que apostó por invertir ingentes cantidades de dinero en estos carburantes.
Hay que tener en cuenta que las marcas de altas prestaciones son las más perjudicadas por eso que conocemos como electrificación, y ni siquiera la enmienda Ferrari, que permite seguir vendiendo series cortas de coches de gasolina sirve de excusa para marcas como Porsche.
Los acaudalados compradores de marcas como Porsche o Ferrari quieren seguir oliendo a gasolina y escuchando su bramido en los túneles.
Primera fábrica de e-Fuels
En este caso Porsche puso en funcionamiento una factoría de Chile, un emplazamiento estratégico que cuenta con energías renovables infinitas (abundante viento y sol) a la vez que agua de mar infinita. Estos elementos son imprescindibles para la fabricación de estos combustibles.
El éxito de la operación ha sido 'total' y a día de hoy Porsche ya los utiliza en competición, con unos resultados excepcionales y unas emisiones prácticamente cero. Otra cosa es que este carburante pueda tener sentido a la hora de movilizar millones de coches en toda Europa.
Muy muy caro
En este caso la respuesta no es afirmativa, más allá del problema de la propia producción del mismo en las cantidades adecuadas, el precio de venta es absolutamente impensable. De acuerdo con estimaciones comerciales este producto tendría un coste entre 5 y 6 euros por litro una vez en la gasolinera. Eso sin tener en cuenta si habría capacidad de producir los 450.000 millones de litros que se consumen en Europa cada año.
Sin duda un brindis al sol si lo analizamos desde un punto de vista racional. En este caso parece sensato pensar que los combustibles sintéticos, e-fuel, puedan convivir en el mercado junto con los coches eléctricos, tal y como ha autorizó Bruselas, pero de ahí a que sean una alternativa para su utilización masiva parece complicado.
A 300 euros por depósito
Sobre todo si tenemos en cuenta que llenar el depósito de un coche como el Hyundai Tucson, el más vendido en España en 2022, puede costar del orden de los 300 euros.
En un momento en el que los fabricantes de automóviles de combustión necesitan seguir vendiendo coches de combustible y afrontar y financiar así el camino hacia la electrificación, tiene todo el sentido que agitar la bandera de los combustibles sintéticos sirva para animar a los compradores como un mensaje positivo, que les permita seguir pensando que van a poder seguir conduciendo sus flamantes coches de combustible durante muchos años.