¿Qué pasa en la DGT? Crónica de un organismo colapsado para todo menos para poner multas

El viernes pasado sucedió un episodio inédito que ha mantenido en vilo al sector de la automoción durante días: la Dirección General de Tráfico (DGT) ha tenido que paralizar el recuento de ventas y matriculaciones en España, por lo que ellos aclaran que es un simple problema informático.

Esto ha obligado a los fabricantes a facilitar datos casi manuales a la DGT para que puedan matricular los coches a tiempo y que sean contabilizados en septiembre, un episodio del tercer mundo en plena época de la digitalización y de la DGT 3.0.

Un error informático

Al habla con la DGT, confirman que «están trabajando en ello y que las matriculaciones que no se pudieron anotar durante septiembre se apuntarán posteriormente en ese mes, para no perjudicar a nadie».

Pero parece que no es el único episodio de colapso que vive la DGT. Hace solo unos meses, en julio, eran las empresas especializadas en los cursos de recuperación de puntos las que anunciaban una huelga por la nueva normativa al respecto, que les quitaba la potestad para estos trámites y los ponía en manos de miles de agentes que no cumplían unos requerimientos mínimos, en su opinión.

Autoescuelas, profesores...

En paralelo, las autoescuelas y los profesores de examen llevan ya años quejándose por una falta de personal que ha provocado retrasos de hasta doce meses a la hora de presentar a alumnos a examen, con una lista de espera que supone un serio problema para los mismos, pues les obliga a dar clases extras durante este tiempo para no perder práctica.

Por si fuera poco, usuarios, gestorías y conductores en general denuncian que el organismo se encuentra prácticamente cerrado al público, con un periodo de espera que está actualmente entre 30 y 35 días para cualquier gestión presencial.

El pasado mes de mayo, la Federación de Servicios a la Ciudadanía denunciaba ante el Defensor del Pueblo a través de CCOO, la situación grave de «pérdida de personal» de las oficinas de atención al público de la DGT.

Estas han visto cómo se han jubilado cientos de trabajadores cuyos puestos de trabajo no han sido cubiertos. Un problema que les impide dar servicio a los ciudadanos.

Falta personal

Explican el caso de algunos centros de la DGT como el de Ibiza, donde se han visto obligados a cerrar un día a la semana por la falta de personal, haciendo los trámites desde la oficina de Burgos.

Denuncian que el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska se comprometió hace ya tiempo a aumentar la plantilla, algo de lo que no ha habido la menor noticia por el momento, una situación que provoca demoras cercanas al mes en la mayor parte de los casos. Una situación que ya afecta incluso a la seguridad vial, al faltar personal de control.

Pese a todo ello, la DGT no parece tener problemas de personal para la recaudación y la ejecutiva de multas, batiendo un récord absoluto de recaudación en 2022, con más de 500 millones de euros, una cifra histórica.