Sanciones
Los conductores indignados: así esconde sus nuevos radares la DGT
La Dirección General de Tráfico confirma que dispone de más de 1.500 aparatos para medir la velocidad de los automóviles
Por fin la Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho público el arsenal de medios de control y vigilancia de carreteras del que dispone en sus almacenes.
De acuerdo con una reciente nota de prensa actualmente dispone de 790 radares fijos de velocidad, 93 de tramo, 550 radares móviles, 15 furgonetas camuflados, 39 drones y 250 cámaras de control de móvil y cinturón. El equipo se completa con 8.000 agentes destinados a la unidad de tráfico.
1.500 radares
Si nos ceñimos a radares dispone de unos 1.500 cinemómetros que vigilan y controlan prácticamente cada kilómetro de carretera.
Pero sin duda los más temidos son los minirradares Veloláser. La DGT ha comprado decenas de estos dispositivos en los últimos años por su funcionamiento extremadamente preciso, pues utiliza medidores de láser.
Pequeños y manejables
Además son tan pequeños y ligeros que resultan realmente indetectables. Esta nueva generación de radares miden menos de 50 centímetros y pesan unos dos kilos.
Otra de sus ventajas es que tienen una batería que dura cinco horas y funcionan por bluetooth, por lo que el coche de la Guardia Civil puede estar alejado.
Este es el verdadero problema de estos dispositivos y que está aprovechando la DGT hasta sus últimas consecuencias, pues tal y como cuentan decenas de conductores, no es que la DGT no los señalice, es que directamente los esconde en los lugares más insospechados.
Para ello cuenta con diferentes tipos de soportes y ventosas, todos ellos homologados, lo que les permite fijarlos a los sitios más inverosímiles, desde la ventanilla de un coche hasta un quitamiedos de la carretera.
En el caso de los radares fijos la ley obliga a que estén señalizados con anterioridad, mientras que en los móviles no existe necesidad, lo que permite que la DGT juegue al gato y el ratón con los conductores.
Tal y como han denunciado en algunas ocasiones los miembros de la Guardia Civil, este tipo de decisiones tienen una finalidad recaudatoria, pues ni siquiera se llega a corregir a los conductores, que directamente reciben la multa en su domicilio.