La Guardia Civil de Tráfico exige a la DGT cambios urgentes en los controles de alcoholemia

La Guardia Civil de Tráfico ha solicitado a través de la Asociación Unificada de la Guardia Civil una modificación de los protocolos de los controles de alcoholemia tal y como se están llevan a cabo en la actualidad.

La asociación considera que la actual situación internacional de alerta máxima provocada a raíz del conflicto entre Israel y Palestina, que sitúa a España en un nivel antiterrorista nivel 4 de los 5 existentes, supone una situación de excepción en la que los controles de alcoholemia tal y como se están llevando a cabo en la actualidad suponen un riesgo para los agentes del cuerpo.

Alerta 4 de 5

Los miembros de la agrupación de tráfico solicitan en redes sociales un incremento de las medidas de seguridad sobre los agentes, valorando la colocación de los controles con mayor precaución así como aplicando los diferentes escalones de seguridad para evitar la posibilidad de un atentado en el propio control de alcoholemia.

En la actualidad en los controles de alcoholemia no se aplican lo que los agentes denominan como escalones de seguridad. Esto supondría que cada control de alcoholemia debería estar formado por un mínimo de doce miembros del cuerpo despegados en tres zonas.

El dispositivo debería estar formado por un primer control de vigilancia y seguridad, en el que dos agentes armados armados controlen a la actitud de conductores y ocupantes de los coches que esperan a pasar.

Una segunda fase de registro y bloqueo, formada por once hombres armados con escopetas donde se realizan los test de alcoholemia y la verificación de la documentación y una última zona de reacción y persecución, donde dos agentes dispongan de pinchos para ruedas para evitar la fuga de coches así como de vehículos para iniciar una persecución.

Este despliegue debería combinarse con chalecos antibala y todos los elementos de control necesarios en materia de señalización, rastrillos…

Sólo en 2022 la Dirección General de Tráfico llevó a cabo más de cinco millones de controles de alcoholemia, con más de un millón de positivos. Lo que no significa que todos fueran multados, pues so un porcentaje no muy elevado superaban el límite admitido.