La niña de la carretera ha sido vista en decenas de carreteras, aunque patrulla en solitario, no como la Guardia Civil

Dantesco

La niña de la curva y otras historias que dan más miedo que pasar la ITV

Aunque algunos creen haberla visto en el Congreso de los Diputados, la niña de la carretera sigue patrullando las carreteras solitarias de madrugada

La niña de la curva pasa por ser una de las mayores leyendas urbanas de las que corren de boca en boca por las barras de los bares. Una historia terrorífica en la que un conductor recoge a una niña que está parada en la calzada de una carretera solitaria en mitad de la noche, conforme se acerca a una curva la niña rompe a gritar hasta que le dice al conductor: «ahí me maté yo».

Bomba de humo

La niña desaparece para siempre tras hacer que el conductor reduzca la velocidad. Una niña en camisón o una joven vestida de novia, una carretera solitaria en mitad de la noche, la fría puñalada de la muerte… la historia tiene todos los elementos para ser una de las leyendas de terror más populares del mundo entero.

Mitología y realidad se dan la mano en esta historia

La niña de la curva, un personaje realmente popular al que podría parecerse la podemita Ione Belarra, tal y como la apodan cariñosamente en el Congreso compañeros y no compañeros.

El fatídico Rocío

La historia se reproduce en diversos lugares de la geografía española, con especial insistencia en la Cuesta de las Doblas, en Sanlúcar la Mayor, un punto en el que en 1961 se despeñaba un autobús que iba camino del Rocío con 49 pasajeros a bordo en una funesta curva. Tras dar entre siete u ocho vueltas de campana fallecían 22 personas, de las cuales ocho eran mujeres.

Una de ellas, la más joven, fue identificaba como la chica de la curva que se aparecía con frecuencia en la década de los 80 en el municipio de Deva, en Guipuzcoa.

En ese punto se cifra el inicio popular de la leyenda en España. Tal y como dijo después uno de los supervivientes del autobús: «la culpa fue de la curva».

Del mito a la realidad

Pero la leyenda va mucho más allá, hasta el punto de que el conocido historiador norteamericano Joseph Campbell investigó durante años lo que hay detrás del mito de la niña de la curva.

Según explica en su tesis, el mito de los pasajeros malditos se remonta a la edad media, pues entonces (aunque en carro) ya se contaba la historia de falsos acompañantes sin alma que alertan sobre un peligro, salteadores en esta época, para desaparecer un instante después.

El pequeño bastardo

Campbell lo relaciona con el mito de los Ángeles Custodios, en el que el camino es la vida y la figura de la chica representa la ayuda inesperada que puntualmente recibimos durante el trayecto y que en muchas ocasiones aparece de la manera menos prevista.

El Porsche de James Dean tras el accidente

Es la más popular, pero no la única historia que une terror y automóvil. Otra mucho más concreta hace referencia al Porsche 550 Spyder en el que murió James Dean en 1955, un deportivo al que el propio Dean llamaba Little Bastard y que no era santo de su devoción pese a resultar espectacular.

Cuenta la leyenda que nada más comprarlo le comentó a uno de sus mejores amigos que ese coche acabaría matándole.

Un accidente contra un Ford acabó con su vida, pero la maldición del coche fue más allá y mató al operario de la grúa que transportaba los restos al soltarse bruscamente. Posteriormente el motor y las ruedas fueron utilizados em otros vehículos de la marca que heredaron la maldición sufriendo accidentes de consideración.